Acostumbrado a desmenuzar las conclusiones de los economistas y analistas económicos españoles e internacionales, Félix Peinado desgrana la situación y sus posibles consecuencias con la facilidad de quien cuenta un cuento que se sabe de carrerilla. Sin embargo, es demoledor escucharle relatar las causas, los inicios y los finales de esta crisis, desorbitada en España por la burbuja inmobiliaria, y cuyo final no se puede predecir. «Sería prácticamente de bola de cristal», afirma. Todo está mal en España, porque no hay sector que no haya decrecido y empeorado en los últimos años y en Castilla-La Mancha un poquito peor, tanto la situación económica de la región como la de las empresas y sus perspectivas. Sin embargo, Peinado pide optimismo y confianza en nuestras posibilidades, porque dice que somos los mismos que antes de la crisis, pero con más tecnología, más preparados y con un mercado global más grande. Así lo cuenta en las próximas líneas y con más detalle en la entrevista íntegra que publicamos en portada de encastillalamancha.es con el secretario general del Cecam.
¿Cómo está Castilla-La Mancha económica y empresarialmente hablando?
Como el resto del país o un poquito peor económica y empresarialmente hablando. Los datos dicen que entramos en recesión el año pasado, un poco antes que España, y que la recesión anterior también fue más dura en Castilla-La Mancha que en España. En general, el año 2011 ha sido muy malo y las expectativas para 2012 tampoco son nada positivas.
¿Conoce Cecam las líneas maestras del presupuesto regional que se va aprobar, parece ser que esta semana? ¿Han hecho llegar al Gobierno sus reivindicaciones?
No, no lo conocemos. Lo que hemos hecho llegar al Gobierno son los problemas que tiene el sector empresarial. Somos conscientes de que tiene que ser un presupuesto muy restrictivo, que estamos de acuerdo en ello, pero pensamos que se tiene que hacer más hincapié en unas cosas que en otras.
¿Por ejemplo?
En todo lo que sea iniciativa de ayuda al sector productivo privado para salir de esta situación, fundamentalmente contribuyendo al sector privado.
«PRÁCTICAMENTE SERÍA DE BOLA DE CRISTAL SABER CUÁNDO VAMOS A SALIR DE ESTA SITUACIÓN»
¿Tiene proyectado Cecam lo que va a suponer para las empresas y los trabajadores en Castilla-La Mancha que nuestro crecimiento negativo sea mayor y más largo que la media?
No hemos hecho aún ese análisis económico profundo, pero lo vamos a hacer, también para orientar a las administraciones en lo que nos espera. En todo caso, lo que sí tenemos claro es que va a seguir habiendo una destrucción neta de empleo importante a lo largo de todo este año y hacer previsiones para 2013 no es posible, porque dependemos de tantos parámetros que son exógenos a nosotros (del comportamiento que va a tener el euro, de si las reformas del sector financiero van a tener o no efecto), que realmente sería prácticamente de bola de cristal saber cuándo vamos a salir de esta situación y qué futuro nos espera.
Pero, da la sensación de que se está larvando un retroceso tremendo, hasta de décadas.
Hay un retroceso en todos los campos, porque se está decreciendo en todos los sectores y se dice que puede haber un retroceso hasta el inicio de la burbuja inmobiliaria. Probablemente hasta que no lleguemos ahí, hasta que se produzca una deflación entera de la economía, hasta que no estemos a niveles de salarios, de ingresos, financiación y precios de los activos inmobiliarios y de todo, pues no pararemos de decrecer.
¿Cómo analista económico, es de la línea Merkel de solo recortes; o de la de Hollande, austeridad con estímulos para crecer y relajar los objetivos de déficit?
Yo soy de la línea posibilista. Lo único que podemos hacer en estos momentos y lo que se nos exige es cumplir con nuestros acreedores y pactar con ellos. ¿Hasta dónde nos van a dejar? Es cuestión de negociación. A mí me gustaría que se pudiera combinar un proceso de desaceleración del gasto con uno de estímulo, es la forma menos traumática para la sociedad y las empresas, para la economía en su conjunto, de hacer este proceso. Pero eso no nos compete a nosotros solos, sino también a quien nos ha prestado el dinero, los mercados. Si somos capaces de trasladarles una sensación de seriedad, de que estamos haciendo las reformas que se tienen que hacer y a la vez que esos estímulos también sean percibidos de forma positiva por los mercados porque haya crecimiento y una mayor capacidad de pagar la deuda, eso sería lo ideal.