Los restos de tres jornaleros fusilados al comienzo de la Guerra Civil en Alcañizo (Toledo) serán enterrados el sábado 19 de mayo en el cementerio de la localidad toledana tras una larga lucha de sus familiares con el Ayuntamiento para conseguir que en la lápida figure que murieron por defender la Segunda República. Los restos fueron exhumados hace cuatro años e identificados en 2010, sin embargo, no fue hasta hace cinco meses cuando el Consistorio de Alcañizo, gobernado durante todo este tiempo por el PSOE, autorizó que en la sepultura que les habían cedido se inscribiese la causa de su muerte, algo a lo que se había negado antes.
«Aquí yacen tres de los 16 vecinos de Alcañizo asesinados por defender la libertad, la justicia y la legalidad de la II República española contra el fascismo», rezará el epitafio, en el que se inscribirá la lista de todos los fusilados por el bando nacional en la localidad, de los que de momento solo han aparecido los cuerpos de tres.
El nieto de uno de los fallecidos y miembro del Foro por la Memoria Histórica, Antonio Otero, explica el tedioso proceso por el que han tenido que pasar desde que el Consistorio de Alcañizo les cediese una sepultura hasta que el pleno municipal les ha autorizado la inscripción del epitafio.
En mayo de 2008, hace justo cuatro años, se produjo la exhumación de los restos de los tres jornaleros (dos de ellos hermanos y el otro el abuelo de Antonio) de una fosa situada a 100 metros de la salida de la localidad toledana, un lugar conocido como ‘Huerta de Tomás Alegría’, próxima a la vivienda del guardavía del ferrocarril y del paso de nivel.
En 2009 el Ayuntamiento del PSOE acordó la cesión de la sepultura para que se enterraran los restos con la condición de que no figurase en la lápida los motivos de la muerte de los tres vecinos de la localidad, pero no fue hasta 2011 cuando sus familiares tuvieron conocimiento de ello.
«Yo ya tenía sospechas de que algo pasaba», señala Antonio, quien cree que los concejales socialistas se negaban a la inscripción de la leyenda porque «aún sigue existiendo el franquismo sociológico» como consecuencia de «una Transición incompleta».
Fue la presión mediática y la incansable lucha de los familiares, dirigidos por Antonio Otero, las que provocaron que en diciembre de 2011, hace cinco meses, el Gobierno municipal cambiase de opinión y revocase el acuerdo anterior para permitir la inscripción.
Además, la Federación Estatal de Foros por la Memoria envió cartas a José Luis Rodríguez Zapatero, a Alfredo Pérez Rubalcaba y a José María Barreda, en las que instaban a los líderes socialistas a adoptar las medidas necesarias para poner fin «al trato humillante» que, en su opinión, otorgaba el Ayuntamiento del municipio toledano de Alcañizo a las víctimas del franquismo.
Finalmente, los restos de las tres víctimas serán enterrados el próximo sábado, en un acto que comenzará al mediodía en la plaza de Alcañizo con un homenaje a las 16 víctimas del franquismo y que continuará con el traslado a pie de los restos hasta el cementerio, donde se procederá al enterramiento.
«Es un descanso, estamos muy contentos y muy satisfechos», concluye Antonio, quien reconoce que tenía miedo de que su padre, de 84 años y que con tan solo ocho estaba presente el día en el que se llevaron a fusilar a su padre, hubiera fallecido antes del entierro «decente» de su progenitor.