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viernes, 22 de noviembre de 2024
Scrats - 09 mayo 2017

El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez, ha anunciado hoy tras entrevistarse con el presidente autonómico, Fernando López Miras, que no descartan movilizaciones este verano si no hay novedades en la búsqueda de soluciones a su falta de agua.

Jiménez, que ha estrenado hoy la agenda de encuentros institucionales de López Miras tras haber tomado recientemente posesión del cargo en sustitución de Pedro Antonio Sánchez, ha advertido de que se espera un verano «caliente y seco» una vez que los pantanos de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, tienen 373 hectómetros cúbicos de agua, a tan sólo cinco de lo que técnicamente se conoce como «trasvase cero».


El presidente del Scrats ha explicado a López Miras la situación en la que es necesario su intervención para mediar con la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, para prorrogar el decreto de sequía, y agilizar una serie de trámites para que el regadío disponga de algo de agua este verano mediante recursos alternativos al trasvase, todos ellos procedentes de la propia cuenca del Segura y cesión de derechos de regantes madrileños.

En concreto, serían entre 21 hectómetros de la desaladora de Torrevieja (Alicante), 25 hectómetros de los pozos de Calasparra y disponer de unos ocho hectómetros de regantes del canal de Estremera y La Poveda (Madrid), entre otros.

Tras más de una hora de reunión en la que también ha estado el nuevo consejero de Agricultura y exalcalde de Lorca, Francisco Jódar, se logró, según éste, «un avance importante» para que haya «una voz única» en torno a un tema endémico como es el de la falta de agua para el levante.

Jódar aprovechó para anunciar que el grupo «popular» había presentado en el Congreso, a petición de López Miras, una enmienda a los presupuestos del Estado para que se incluya una partida de cuatro millones de euros que permitan abaratar el agua desalada para riego, de lo contrario su precio sería inviable para estos agricultores.

Jiménez lamentó que «los vientos que soplan en el resto del país no conduzcan a una paz romana en un bien tan escaso como es el agua», y añadió que un pacto del agua sin inversiones e infraestructuras es «un canto de sirenas».

El representante de los regantes en tono mas pesimista auguró un mal futuro no sólo para el regadío, sino también para el abastecimiento humano levantino.

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