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viernes, 22 de noviembre de 2024
Rufino y Flores, condenados por el asesinato del cazador de Belvís.
Rufino y Flores durante el juicio que tuvo lugar en la Audiencia Provincial de Toledo. Foto - Rebeca Arango
Toledo - 10 mayo 2017 - Toledo

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 24 años y ocho meses y de 18 años de cárcel impuesta por la Audiencia Provincial de Toledo y ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha para Rufino González García y Flores Alba, los dos acusados de asesinar a un cazador en una finca de Aldeanueva de Barbarroya (Toledo), a quien el primero disparó en la cabeza por la espalda. Junto al de asesinato, también se les atribuye los delitos de robo con violencia y tenencia ilícita de armas.

Los hechos juzgados con jurado popular hace un año en la Audiencia Provincial de Toledo tuvieron lugar el 30 de septiembre de 2013 cuando Rufino y Flores -primos hermanos- llevaron de caza a la víctima, Antonio F. M., con la intención premeditada de acabar con su vida para robarle. Los tres quedaron a las 18:00 horas en la casa rural de Aldeanueva y se marcharon hacia la finca en el coche de Rufino. Una vez en este paraje, Rufino disparó por la espalda a Antonio, falleciendo éste en el acto. Posteriormente, le quitaron la ropa, le metieron en un saco de dormir y le enterraron a tan solo unos metros para, a continuación, esconder bajo tierra el rifle del fallecido y sus enseres. A las dos horas los imputados regresaron a su vivienda de Talavera, llevándose con ellos el visor y los prismáticos de Antonio, así como la pistola con la que cometieron el disparo, que fue escondida en una casa derruida a 15 metros del domicilio. Después de meses de búsqueda, el cadáver fue hallado el 14 de febrero de 2014 tras la detención de los dos y gracias a la confesión que hizo Flores a la Guardia Civil.


El juez dio por probado que Rufino disparó por la espalda a Antonio en la finca «Los Baños» «sin que la víctima tuviera posibilidad de advertir la inminencia del ataque» y buscando intencionadamente el resultado obtenido. También dio por cierto que esta muerte fue «consecuencia de un plan previamente ideado por Rufino con el propósito de apoderarse del rifle, visores y restantes pertrechos que portaba». Entendió igualmente que en este plan tuvo el consentimiento de Flores, quien con antelación a los hechos «preparó el lugar donde sabía que tenían previsto ocultar el cadáver».

[ze_summary text=»Rufino y Flores prepararon un plan para matar a Antonio y apoderarse del rifle que portaba y sus enseres»]Rufino y Flores prepararon un plan para matar a Antonio y apoderarse del rifle que portaba y sus enseres[/ze_summary] 

Tras la confesión que hizo Flores cuando le detuvieron, en la finca fueron halladas, en el interior de distintos zulos de PVC y tubos metálicos, un rifle y una escopeta. En el domicilio de Rufino en Talavera encontraron dos escopetas, una pistola y un rifle. El arma corta empleada para asesinar a Antonio fue localizada en una caseta derribada, próxima a la vivienda de éste último.

Tras esta primera sentencia de la Audiencia Provincial, tanto los condenados como la familia del cazador de Belvís de la Jara (Toledo) interpusieron sendos recursos de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, los cuales fueron desestimados en octubre de 2016.

No obstante, tanto la defensa de Rufino como la de Flores presentaron un nuevo recurso ante el Tribunal Supremo por vulneración de precepto constitucional y por infracción de ley, por estimar -entre otros motivos- que durante el juicio se vulneró su presunción de inocencia al considerar que no había pruebas suficientes.

Ahora el Tribunal Supremo desestima también estos recursos y confirma la sentencia inicial de la Audiencia Provincial.

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