La defensa de la ley electoral en las Cortes de Castilla-La Mancha por parte del PSOE la realizó José Molina, quien inició su intervención dando la razón al PP, pero de forma irónica, «tienen ustedes razón, la verdad es que el interés para nosotros del debate de esta ley electoral es pequeño, nos importan más los recortes, los despidos y los problemas de los ciudadanos».
Contestaba así al portavoz del PP, Francisco Cañizares, quien había dicho minutos antes que el PSOE no tenía ningún interés en la ley electoral.
Molina le recordó a María Dolores de Cospedal que ella le había dicho a José María Barreda en la pasada legislatura que podría cambiar su postura y su propuesta unilateral, «yo ahora se lo repito a usted. Porque dijo en la investidura que con el consenso se iba a reformar la ley electoral, Aplíquese el cuento y hagamos una que sea con el acuerdo de ambos grupos».
El portavoz del PSOE, además, les recordó que el PP había acusado al Gobierno anterior de «protagonizar un golpe de Estado al aparobar una reforma electoral sin consenso. Pero yo no voy a hacer lo mismo».
Ya en su segunda intervención hizo un ruego a los «populares»: ¿Por qué no traemos una propuesta bien hecha entre todos y con consenso? Ésta es una reforma electoral inútil, con la ley electoral actual perdimos las elecciones porque los ciudadanos entendieron que no podíamos ganar. Con esta ley que van a aprobar las van a perder ustedes».
CAÑIZARES: «PAGE DICE QUE HAY UN TUFILLO Y VEO QUE USTEDES LO QUIEREN MANTENER»
Mientras, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Francisco Cañizares, acusó a los socialistas de no tener ningún interés «en la reforma electoral. Page dice que hay un tufillo y veo que ustedes lo quieren mantener, pero a nosotros nos desagrada profundamente. Y ese tufillo de ley electoral nos obliga a cambiarla. Hay que cambiarla para que desaparezca cuanto antes ese tufillo. Y ustedes nos dicen que están de acuerdo en que la ley huela mal».
Y por ello dio por bueno que haya «tres de las cinco provincias impares, que garantizan que gobierne quien más votos obtenga en unas elecciones. Lo que no queremos es que haya más trampas en Castilla-La Mancha».
Quizás, insistió, y también tiró de ironía, «era mejor atar las cosas y dejarlas bien atadas, dejar solo Ciudad Real impar, que sociológicamente es socialista. Nuestra ley es tres veces más justa que la suya, porque deja tres provincias impares. En Castilla-La Mancha ya no es su ordeno y mando, han cambiado las cosas, hay que hablar las cosas en el parlamento».
Y excusó que no hubiera consenso: «No hemos traicionado ni engañado a nadie, con un procedimiento que fue avisado hace cuatro meses, y usted (en referencia a Molina) lo único que han hecho es montar su numerito en este salón de Plenos».