«Casi de casualidad, te conocí gracias a una red social. Empecé a leer lo que escribías y me interesé por ti. Busqué información para saber quién eras, de dónde eras y cómo eras. Lo hice porque quería saber si llegado el momento, podrías ser ese político digno de mi confianza.
La verdad es que no me dejo llevar por nada ni por nadie. No soy un hombre de modas y es que la Política no es algo que debe ser como ese número que se repite y es que, algo que se repite muchas veces, llega a agotar.
En ti, busqué y encontré a un político diferente, un político de calle y fue en la calle donde pude comprobar que esos kilómetros que hacías en favor del Partido Socialista Obrero Español, merecían mucho la pena y creo que lo sigue mereciendo.
Yo no busco atajos. En Política no los hay. No busco caminos fáciles ni sencillos, sino caminos que me aporten seguridad para llegar a la meta que todo socialista debe tener siempre: la radical igualdad de derechos de hombres y mujeres.
He visto en ti un cambio que estaba deseando ver en un político del PSOE y que hacía tiempo que, como muchos militantes, no veía: un cambio de Izquierdas, sin volantazo ninguno, un cambio que de verdad dignifique la S de Socialista pero sobre todo, la O de obrero. He visto en ti alguien capaz de hacer algo que sólo ha demostrado hacer un político en la historia reciente de España que es dimitir para no traicionar la palabra dada a los electores: Adolfo Suárez. Él puso por encima los intereses de España, incluso de su partido y de él mismo. Tú has hecho igual: poner por delante el compromiso electoral de decir NO al Partido Popular (esa Derecha que es infame para todos y no sólo para una sóla persona que además, no es creíble a mi juicio cuando fue capaz de arrodillarse ante ese partido con la abstención a cambio de su propia ambición personal) y dimitir antes que quedarte “tranquilamente” en tu escaño, cobrando el sueldo de diputado y como dice el refrán “a vivir que son dos días”.
Tengo que decir que el 1 de octubre de 2016 fue para mí, uno de los peores días de mi vida y algunos dirán que exagero pero será porque no me conocen pues la Política para mí, es algo con lo que no sabría vivir pues me siento político de vocación y sobre todo de profunda convicción.
He de confesar que estaba esperando que de una vez por todas, volviera a ver actos del PSOE donde se alzara el puño izquierdo, se cantara de nuevo la Internacional (yo la cantaba en mis tiempos de las Juventudes Socialistas y eso, creo que lo hemos ido perdiendo con el paso del tiempo) y que, además se diera verdadero protagonismo a la militancia en cada uno de los actos y de las decisiones que tu candidatura adopta. Gracias por querer a la militancia a tu lado. Gracias por hacernos sentir útiles y no sólo meros entes pasivos utilizados para pegar carteles, repartir programas, aplaudir en los mítines cuyo único horizonte posible era ser concejal o como mucho, alcalde de la localidad en la que estuvieses viviendo, cosa por otra parte es para mí realizar una función muy digna.
Recuerdo leer una vez la frase de que “en la vida lo importante no es ser importante sino útil” y se la leí además, a una compañera de partido con la que mantengo una buena amistad. Y es que tengo muy claro que el Socialismo, ante todo y sobre todo, debe ser útil para así ser la verdadera solución a los problemas de las personas.
Y sí, digo esto porque no sólo es la candidatura de Pedro Sánchez Pérez-Castejón. No sólo son unas Primarias para elegir Secretario General del PSOE, sino que este momento actual debe significar una magnífica oportunidad para reivindicar que ser militante es ser el único dueño del destino de nuestro partido. Y no, las Primarias no son un invento del actual PSOE. Ya muchos años atrás, se hacían Primarias. Eran en tiempos anteriores a la Guerra Civil Española y es que un PSOE que no sabe rescatar lo mejor de su Historia, está condenado a que esa misma Historia lo acabe fulminando para siempre y es justo lo que no nos podemos permitir.
Creo firmemente que este domingo 21 de mayo nos jugamos mucho más que la elección de un secretario o secretaria general (cuyo nombre sabemos y conocemos todos y de cuya frase “Francina, tú no has enterado: yo a éste, lo quiero muerto hoy”, muchos no nos olvidamos) sino que además, se pone encima de la mesa qué modelo de partido queremos: un PSOE de Izquierdas, moderno, del siglo XXI, no sumiso al PP y claramente diferenciado de los posicionamientos de Podemos pero sin que eso impida llegar a acuerdos y entendimientos con esta última formación política aquí mencionada o por el contrario, abandonar para siempre nuestra esencia, olvidar y hasta mancillar nuestra Historia hasta desaparecer o al menos, languidecer siendo un partido residual e inservible para la sociedad renunciando a ser palanca de cambio de la misma.
Estoy plenamente convencido de que se debe respetar y no olvidar el Pasado, sí pero no hay Socialismo posible si éste no es capaz de conquistar el futuro, construyéndolo en un presente donde sea la militancia la verdadera y única protagonista del cambio.
¿Y por qué doy tanta importancia a la militancia? Pues porque es lo que llevo defendiendo desde hace muchos años, sobre todo cuando leyendo los estatutos de nuestro partido, en ese momento descubrí que el Secretario General, era elegido por el voto delegado y no directo, que es como creo que debe hacerse puesto que lo considero mucho mejor pero sobre todo, mucho más democrático y representativo y además, porque estoy plenamente convencido de que el siglo XXI es el siglo de la gente y decir eso, no es precisamente podemizarse, como algunos han querido hacernos ver y a mi juicio, se han equivocado gravemente pues alejarse de la militancia y hasta incluso, osar con ignorarla y despreciarla, nos condenaría a la casi más que probable desaparición.
Y a colación de esto, conviene preguntarse por qué nació Podemos, por qué nos ha comido tanto terreno esta formación política o mejor aún, debemos preguntarnos por qué el nacimiento de ese partido ha provocado esta sangría de votos en el nuestro. Mi respuesta a este respecto es clara: ha pasado porque hemos perdido nuestros valores, nuestra esencia, acercándonos a unas posiciones que nada tienen que ver con el Socialismo. Probablemente, podemos decir que hemos sido víctimas del liberalismo económico y político tanto que la llamada corriente del Socioliberalismo, ha fracasado con estrépito hasta llevarnos a un abismo peligroso que nos ha hecho ser irreconocibles incluso para nuestro propio electorado.
Es por eso que tengo claro que aquí se ha vendido a sabiendas, la falsa idea de que las dos derrotas electorales en las dos últimas elecciones generales son culpa tuya, Pedro Sánchez. No. En Política cuando un partido gana, ganamos todos y cuando un partido pierde, perdemos también todos. No caigamos en ese error, no nos traguemos esa mentira, esa falacia que construyen algunos interesadamente para conseguir sus objetivos.
Tengo muy claro que un político debe ser, sí pero también parecerse a la gente que representa porque no hay mejor principio de la Política que aquel que dice que si el representante pierde la confianza del representado, es producto de que éste no se ve reflejado en las acciones del primero. Y eso es lo que nos ha pasado a los socialistas de España y de Europa puesto que no podemos decir que somos diferentes a la Derecha y después, echarnos a sus pies dándole el Gobierno o adoptando posturas que nos alejan de la propia esencia de lo que debe ser un político o al menos, como lo he definido yo siempre y más en el espectro ideológico de la Izquierda: un político debe tener un pie en la calle y otro, en el despacho. Eso no puede olvidarse jamás.
Con la abstención, hemos traicionado el propio legado de nuestro fundador Pablo Iglesias Posse, el cual defendía que si aquellas fuerzas contra las que el Socialismo lucha nos alaba, es que algo estamos haciendo mal. A fe que a día de hoy es así, puesto que no hay día que un dirigente del PP no alabe a nuestro partido. Tengamos claro que el bien de España siempre debe ser el bien de todos, y con el PP sé que se hace una Política no para todos sino para unos pocos.
Podría aquí enumerar muchísimas razones para votarte, Pedro Sánchez. Podría deshacerme en elogios hacia el candidato pero no lo haré ahora ni lo haré jamás. No me gusta el culto al líder y no creo que tampoco me haga falta, a pesar de tener a Pedro no sólo como un compañero sino también como un amigo.
Soy una persona que se considera de partido, pero de un sólo partido: un PSOE de la gente, al lado de la gente y que piensa en la gente y sólo se puede conseguir, si volvemos al rojo socialista, ese que es claramente de Izquierdas.
Por eso y por mucho más, estoy contigo Pedro».
Diego Ruiz Ruiz, militante del PSOE de Polán (Toledo) y miembro de la Plataforma de apoyo a Pedro Sánchez de la provincia de Toledo.