La Real Fundación de Toledo ha reconocido «las dificultades económicas» que viene sufriendo en los últimos años por el acusado descenso de las aportaciones de sus protectores, lo que la ha llevado a buscar otras vías de financiación, como la alianza con otras organizaciones que permitan compartir actividades. Y ha admitido, en una nota, que precisamente el «desacuerdo» con esta nueva línea de trabajo, «planteada y elegida por la mayoría para poder cumplir los objetivos a pesar de la adversidad de la situación», es lo que ha motivado la renuncia de algunos de sus patronos, como es el caso de Inés Sarriera y Guillermo Perinat.
Precisamente, en su última reunión del pasado viernes, la Real Fundación de Toledo aprobó una modificación de sus estatutos que contempla, entre otros puntos, una democratización del Patronato, al haberse incorporado a este órgano a los integrantes de la Comisión de Gerencia.
Uno de los integrantes de dicha Comisión es el escritor Eduardo Garrigues, quien rechazó la invitación para formar parte del grupo de patronos, mientras que no se incluyó al arquitecto Fernando Chueca, que también forma parte de la Gerencia, en la propuesta que este órgano hizo al Patronato sobre el nombramiento de nuevos patronos.
Este último hecho, según precisa en su nota la Real Fundación de Toledo, subyace también en la decisión de Sarriera y Perinat de renunciar a su condición de patronos, si bien la institución que preside Fernando Ledesma no explica los motivos por los que se ha excluido del Patronato a Chueca, que también forma parte de la Junta de Protectores, que preside Sarriera.
Volviendo al asunto de las dificultades económicas de la Real Fundación, esta recalca en su comunicado que «dedica mucho tiempo a reflexionar sobre cómo adaptarse a los cambios que estamos viviendo y al nuevo escenario que surgirá después de esta crisis».
Y apunta que, «en tiempos de adversidad como en tiempos de prosperidad, la Real Fundación tiene su propio espacio que es el de sumar recursos, proponer iniciativas, completar y mejorar desde la responsabilidad social la salvaguarda de los valores patrimoniales de Toledo».
En este sentido, considera que en toda institución «es positivo dar entrada a nuevas personas que aporten nuevas ideas, iniciativas y criterios que contribuyan a buscar las mejores oportunidades para un desarrollo de Toledo acorde con sus valores patrimoniales, porque la Real Fundación es solo un instrumento al servicio de Toledo»