Su sueño, y es precisamente eso, un sueño, es algo muy sencillo de cumplir: «Estar tumbada a la bartola en un sofá». Qué sencillo para algunos y qué difícil para otros, ¿verdad? Pues para nuestra protagonista de la Entrevista Irreverente es algo, al menos de momento, irrealizable.
Combina el derecho con la política. Abogada de profesión pero política de devoción, María José Majano tiene 44 años, «yo soy partidaria de decir la edad, me parece tan tonto intentar ocultarla…», es abogada (la encantan el Derecho Constitucional y el Penal) y, además, es concejala del PP en el Ayuntamiento de Toledo.
Es cierto que entró en sustitución de José Julián Gómez Escalonilla cuando éste fue nombrado director general en la Junta de Comunidades y, aunque en la pomada ha entrado ahora, fue hace ya muchos años cuando se afilió a los «populares», justo en la época en la que «comencé a horrorizarme con los casos que salieron a la luz de corrupción del PSOE de Felipe González».
Casada y con dos hijos, madrileña de nacimiento pero toledana de adopción, «porque llevo aquí la tira de años, me vine cuando empecé a estudiar en el instituto y mis padres son de Villasequilla», se licenció en Derecho por la Universidad de Castilla-La Mancha y su hobby, cuando tiene tiempo, «es leer». ¿El último libro que le ha sorprendido? «El primer naufragio», de Pedro J. Ramírez.
¿Y si hablamos de películas? Pues sus dos preferidas: «El paciente inglés» o «Memorias de África». He ahí la cuestión. Muy amable y con una sonrisa permanente en la boca… Así es María José Majano.
¿Qué es una geisha por arrozal? ¿Cómooooooo…?
Pues nada, pasen y lean.
¿No le han dicho nunca eso de… ¡Viva la Pepa!? Porque creo que le encanta el Derecho Constitucional… Y junto con su nombre…
Pues sí, no me lo han dicho a mí precisamente, pero he tenido la oportunidad de oírlo en varias ocasiones, efectivamente. Me encanta el tema constitucional… ¡Veo que estás muy bien informado! Ja, ja, ja…
¿Por qué?
Doy clases de Derecho Constitucional en la facultad y es una materia que me parece que tiene mucha trascendencia para cualquier ámbito de la vida. Me encanta, sí.
Como abogada que es, y además penalista entre otras cosas, ¿defendería a un etarra?
Pues… Depende de cuándo, cómo y en qué circunstancias. Porque considero que es mi trabajo defender a las personas y considero que todo el mundo tiene derecho a una defensa. Por lo tanto, dependería de varias circunstancias.
Eso no es un no pero tampoco es un sí…
En efecto, es un depende.
¿Pero usted ha defendido a presuntos asesinos, aunque no fueran etarras?
Pues es posible. Pero ser etarra tiene una connotación distinta. De hecho los abogados podemos elegir si queremos defender a una determinada persona o no.
¿Ha tenido que defender entonces a un presunto asesino?
Sí, en alguna ocasión. Debemos intentar ser objetivos y centrarnos en el aspecto más jurídico de la cuestión, porque haríamos un flaco favor a nuestro cliente si nos implicáramos o intentáramos resolver el asunto por nuestra cuenta, de tal manera que como profesionales intentamos centrarnos en el aspecto jurídico y en qué defensa tiene una determinada situación.
¿El caso más curioso que ha tenido entre manos?
En veintitantos años he llevado casos que… Yo pensaba que era lo más sorprendente que he llevado y siempre ha habido algún otro que siempre me ha sorprendido un poco más. En una ocasión una señora me dijo: «Agárrese usted a la silla» al contarme un asunto. Y yo pensaba: si piensa usted que me va a asustar, está equivocada. Pero sí, me asustó, me asustó… Era un tema de violaciones de padres a una hija. Sí, sí, me asustó bastante.
¿El penalista tiene que hacer entonces muchas veces de tripas corazón?
En muchas ocasiones, pero eso forma parte del trabajo. Igual que los periodistas supongo que en muchas ocasiones tendréis que hacer lo mismo.
¿Por qué entró en política? ¿No tenía suficiente con el derecho?
En cierto modo la política no es ajena al derecho. Y mucho menos al derecho constitucional, que antaño se llamaba derecho político. O sea que a mí me gusta el derecho constitucional y la política en general.
¿Hay más «chorizos» dentro que fuera o fuera que dentro?
Pues… ¡Puede que estén a la par!
¿A quién invitaría a cenar, y si llegara el caso a bailar, del equipo de Gobierno del PSOE?
¿Del equipo de Gobierno? Pues quizás a mi homólogo, Jesús Nicolás, que me parece una persona muy agradable y… En fin… Quizás porque le trato más. ¡Sí! Podría invitarle a bailar.
¿Y de los suyos, del Grupo Municipal Popular?
Prácticamente a cualquiera. Ja, ja, ja… Otra cosa es que la gente quisiera bailar conmigo.
¿Qué es eso de que en ocasiones dice que parece una «geisha por arrozal»?
¡Huy, eso ya sé de dónde viene; ja, ja, ja…! Sí, sí… ¡Así es! Hay veces que…
¿Es una expresión típica suya?
Bueno, no sé si hay que denominarlo así, pero es una expresión más fina que la otra que ya sabemos, que expresa lo mismo…
¿Cuál?
¡Tú ya la sabes! No hace falta que te la diga. Ja, ja, ja…
Bueno, pues se la digo yo. ¿»Como puta por rastrojo»?
Síííí… Pues por decirlo finamente. Bueno, pues a veces eso… Una tiene que estar yendo y viniendo y se la ocurren esas cosas… Ja, ja, ja… Cuando lo escucharon en el grupo les hizo mucha gracia. Tomaron la frase y por lo que veo no se les olvida.
Usted tiene muy buen sentido del humor…
No sé si bueno o malo. Tengo humor e intento que sea bueno, pero eso casi mejor que lo digan los demás.
Tener dos hijos superdotados significa que la madre también lo es o…
No tiene por qué… Ja, ja, ja… ¡Me extraña tanto que tengas esta información tan confidencial! Ja, ja, ja…
¿Le gustaría algún día ser alcaldesa de Toledo?
¡Qué pregunta más graciosa! Creo que habría gente con muchísimos más méritos para serlo que yo.
¿Pero a usted le gustaría?
Eso es algo que le tiene que gustar a cualquier toledano que se precie.
Vamos, que no le importaría…
No.
¿Está de acuerdo con la pena de muerte?
No. En absoluto, en ningún caso.
Aparte de en el PP, ¿milita en alguna ONG o asociación?
Sí, en varias. Asociaciones de mujeres, la Asociación de Vecinos El Tajo… Son tantas que no sabría decirte.
Sin trabajo ni prestación, ¿qué estaría dispuesta a hacer para comer?
Supongo que depende del hambre que tuviera.
Mucha, mucha…
Espero no tener que saberlo.
¿Prohibiría la prostitución?
No. En general no me gusta prohibir nada. Pero sí intentaría regularla de alguna manera.
¿Cuál fue su primer sueldo y en qué se lo gastó?
Sueldo, lo que se dice sueldo nooo… No sé si podría decirse, yo siempre he sido autónoma. Podríamos hablar de mi primer ingreso y no recuerdo ni cuánto fue ni en qué me lo gasté. Supongo que en algún capricho, seguro.
¿Qué personaje histórico le gustaría ser?
Seguramente algún científico, siento admiración por la gente que ha aportado cosas importantes a la sociedad. Por ejemplo, Einstein o Julio Verne como visionario. No sé… Por ahí irían los tiros.
¿Con qué duerme? Si duerme con algo, claro.
¡Con mucho sueño! Ja, ja, ja… ¡Te lo aseguro!
Al margen del sueño… ¡Hablamos de ropa!
Con mucho sueño. Ja, ja, ja… Duermo rendida, llego agotada.
¿Qué libro está leyendo?
Ahora mismo estoy con «La insoportable levedad del ser», de Milan Kundera. Tenía muchas ganas de leerlo y no había tenido oportunidad. Es de eso que llevas años pensando en cogerlo y al final me he puesto.
¿En qué película le hubiera gustado actuar?
Pues en alguna de mis dos películas favoritas: «El paciente inglés» o «Memorias de África».
Cuando va al fútbol, ¿insulta al árbitro o a los rivales?
Pues no soy muy futbolera, pero por afinidad tengo equipo, ¿eh? El Atlético de Madrid. ¡Por mi marido! Pero no insulto, no. No soy tan fanática como para…
¿Su mayor travesura?
¡Uff…! Pues… Ahora mismo se me ocurre… De niña, jugando mi hermana y yo le rompimos a mi madre dos juegos de café que tenía guardados. Jugábamos a las casitas, dejamos las tacitas sobrepuestas y cuando llegó mi madre no tenía ni una… ¡Estaban todas rotas! Una el asa… ¡Te puedes imaginar! Es lo que recuerdo como más tremendo de mi infancia, a lo mejor ha habido más cosas pero no me vienen a la mente. Creo que algún platito quedó, lo demás estaba todo dañado.
¿Qué programas del corazón ve?
No sé ni los títulos… No tengo tiempo para verlos.
¿Cuál es la mayor multa que le han puesto y por qué?
No ha sido muy cuantiosa y seguramente por exceso de velocidad. No lo recuerdo… Debe ser una cantidad un poco irrelevante, a lo mejor por pasarme 10 kilómetros…
Defínase: ¿De derechas, de izquierdas o de centro?
Del lado de la sensatez. O sea, del PP.
¿Cree que el tamaño importa?
Me reservo mi derecho a no declarar. Que ya me habían dicho que me ibas a hacer alguna pregunta un poco indiscreta… Ja, ja, ja… Me acojo a mi derecho a no…
O sea, que no me dice si le importa o no le importa.
Ni que sí ni que no… Es mi derecho, ¡para eso soy abogada! ¿Eh? ¿Eh?
¿El juego del parchís es cosa de hombres? Se lo digo porque ya sabe aquello de que se comen una y cuentan 20…
Yo creo que no hay juegos que sean exclusivamente de hombres. ¡Ni siquiera el parchís!
¿Qué tal juega al parchís?
Pues si quieres que te diga la verdad, no sé si me acordaría ahora porque hace tantos años que no juego…
¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?
Vuelvo a hacer uso de mi derecho a no declarar. Seguramente no tenga nada que ocultar, pero no obstante me acojo a mi derecho a no declarar. Ja, ja, ja…
Pero aunque no me los diga, ¿los hay o no los hay?
¡El juez tiene que respetar si tú no quieres declarar! ¡Y si tú no quieres declarar no te puede forzar!
Bueno, pero el juez insiste también: ¿los hay raros o no?
No sé… Depende del concepto de raro. No sé qué puede ser raro o no.
Más allá de la cama.
Insisto en que me acojo a mi derecho a no declarar. Ja, ja, ja…
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