Hasta el 30 de mayo la ermita de San Roque de Sigüenza (Guadalajara) acoge la exposición «Sigüenza y la Constitución de 1812». Dos vitrinas a doble vertiente custodian la memoria escrita de aquel acontecimiento tan fundamental en la España de principio del XIX que por primera vez sale del Archivo Municipal para ser vista por ciudadanos y turistas que visitan la ciudad.
Cuando se cumplen 200 años de la promulgación de la Constitución de Cádiz, la concejalía de Cultura ha puesto en marcha esta iniciativa que tiene como fin la divulgación de documentos del Archivo Municipal que reconstruyen los difíciles momentos que pasó la población seguntina en aquellos años de guerra y que muestran el camino hacia el constitucionalismo.
Durante la Guerra de Independencia Sigüenza sufrió muchísimos saqueos y destrozos. Su archivo quedó a salvo al tapiarse la torrecilla donde se custodiaba en la Casa Consistorial de la Plazuela de la cárcel. Gracias a aquella acción hoy pueden estudiarse los años que precedieron a la llegada de la Constitución.
La exposición recoge una selección de documentos pertenecientes todos al emblemático año de 1812. Junto a los acontecimientos políticos que marcan los primeros meses del año con la presencia del obispo Vejarano en las Cortes de Cádiz, la promulgación de la Pepa el 19 de marzo, la convocatoria de elecciones a ayuntamientos constitucionales y el juramento de la Constitución por esa nueva corporación el 3 de octubre, todo ello reflejado en documentos municipales seguntinos, podemos encontrar otros no menos interesantes que ayudan al investigador a reconstruir la vida local: un vecindario donde aparecen distribuidos por las calles de la ciudad todos los habitantes cabeza de familia junto con el oficio que desempeñaban; libros de cuentas municipales, donde se recogen los remates o subastas de productos de primera necesidad como carnes y menudos, aceites y aguardientes para su posterior comercialización; libros que recogen los suministros de alimentos y bebida que estaban obligados a entregar a las tropas francesas; y los libros de cuentas de las cinco tabernas que había en la ciudad, donde vendían el vino.
Las tabernas eran de propiedad municipal y se arrendaban a los ciudadanos temporalmente para su explotación, por eso debían rendir cuentas mensualmente al Ayuntamiento de sus ventas. El vino era un componente de la alimentación básico en aquella época y muy necesario en un medio tan frío. En aquellas tabernas se vendía a granel, pero también eran espacio de ocio donde ir a disfrutar de un vaso de tan preciado líquido en buena compañía.
La exposición la cierran escritos que impulsan el restablecimiento de la escuela municipal y la enseñanza a los niños, como consecuencia importante del nuevo orden constitucional que acaba de surgir. Como dato curioso, la ermita de San Roque que alberga la exposión, fue construida precisamente por el obispo Vejarano.
«Sigüenza y la Constitución de 1812» esta organizada por el Ayuntamiento y cuenta con la colaboración de la Junta de Comunidades.