Lo que sigue son tres relatos de otros tantos deportistas paralímpicos castellano-manchegos que han sido preseleccionados para acudir a los Juegos de Londres: Ricardo de Pedraza, Francisco Javier Sánchez y Rafael Muiño. Hay otros dos en la preselección: Lidia Lorente y José Martínez. Todas las historias traslucen un afán de superación que puede educar a cualquiera que las escuche con la mínima atención. Solo hay que aplicar el oído y resignarse felizmente a sentir un arrobo de admiración.
Este es el relato de cómo empezó la aventura olímpica de Ricardo de Pedraza, mediofondista, madrileño y residente en Talavera:
«Estaba viendo los Juegos Paralímpicos de Pekin 2008 en la tele. En aquella época me estaba quedando ciego. Me parecía increíble cómo esos deportistas podían correr de esa manera, saltar… Y me dije: Ricardo, ¿por qué no te animas e intentas llegar a Londres 2012, tú puede estar ahí. Ese sueño que tuve que cada vez es menos sueño. Es increíble, pero si quieres, puedes, y si crees en ti y te ayudan, es posible todo lo que nos propongamos».
Destaca la ayuda que ha tenido: «Familia, amigos e instituciones públicas y privadas». En este punto destaca el patrocinio privado, que considera básico. En su caso, el de Quabit Inmobiliaria.
También se acuerda de sus guías, sus «ojos», ya que sin ellos «no puede correr», o a la gente que le ayuda tomando cronos. Porque los ciegos corren de la mano de otra persona. Y esa persona «debe tener un nivel atlético impresionante», en su carrera gente como Fernando Rey.
Ricardo de Pedraza rezuma seguridad en sí mismo: «Estoy bastante fuerte y, si no pasa algo raro en las piernas, tengo la marca. Voy a por ella y a batir el récord de España, que es lo que se me pide».
¿Tiene posibilidades de medalla? No duda ni un instante: «Por supuesto. Cualquier deportista paralímpico aspira a lo máximo. No tengo miedo a mis rivales, aunque muchísimo respeto. Es difícil porque son unos Juegos, pero hay que salir a por todas».
FRANCISCO JAVIER SÁNCHEZ EMPEZÓ COMO UN HOBBY… Y HASTA AHORA
Francisco Javier Sánchez Lara es de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) y vive en Getafe (Madrid). Aunque la Selección ya el billete en el bolsillo (lo logró en el Europeo de Israel del año pasado), él debe esperar a que el seleccionador lo convoque para que su sueño se haga realidad.
Francisco tiene 22 años y lleva jugando casi cuatro años. Empezó en Toledo. Se quedó en silla de ruedas tras sufrir un accidente de moto. Iba con un primo hermano. Como en tantos otros casos, comenzó a jugar al baloncesto en silla de ruedas en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, como su compañero de Selección Rafael Muiño.
A Francisco siempre le ha gustado el deporte. «Una vez que me ocurrió lo del accidente, lo primero que hice fue rehacer mi vida, adaptarme, estudiar, y ya a los 18 años me vino la oportunidad de jugar al baloncesto. Comencé en esto como un hobby, pero claro, empecé a jugar, me picaba el gusanillo, me llamaron para la Selección… y al final estamos aquí», relata.
La Selección van a por todas, pero saben que lo tienen difícil, ya que equipos como Estados Unidos o Australia «son muy fuertes», reconoce. Y es que España lleva 16 años sin ir a unos Juegos en esta modalidad deportiva. «Pero por ilusión no va a faltar. Hay que jugar el partido», dice.
RAFAEL MUIÑO: «EMPECÉ A JUGAR EN EL HOSPITA Y NO HE PARADO»
El veterano Rafael Muiño, compañero de Sánchez Lara en la Selección, se quedó en silla de ruedas desde 1996, cuando sufrió un accidente de tráfico. «Automáticamente me puse a jugar en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y desde entonces no he parado», afirma.
Muiño dice que el equipo no solo debe ir a «disfrutar». «Hay que ir competir, y si lo hacemos bien, tenemos posibilidades de quedar entre los cuatro primeros», prosigue.
Sabe que el grupo es muy difícil. Como muestra, el mejor botón: está el actual campeón olímpico, Australia, y «uno de los cocos, Estados unidos», como él mismo califica a este rival. Pero añade que si el equipo juega como en el Europeo de Israel, tiene posibilidades de medalla.
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