Arturo del Barrio ya no sabe qué hacer para poder descansar en su casa. Los ladridos de los perros de los vecinos le impiden hacerlo por las noches a él y a su familia. Ha denunciado, pero la situación no ha acabado.
Lleva unos dos años luchando contra el ruido nocturno de los ladridos de perros. Lleva dos años descansando mal por esa razón. Se trata de un vecino de la localidad toledana de Seseña que está desesperado ante el ruido contante que por las noches ocasionan los perros de sus vecinos.
«Ya no sé que hacer», comentaba Arturo del Barrio a Encastillalamancha. Ha puesto denuncias en la Policía Local, ha pedido por escrito al alcalde que medie para frenar el ruido y los ladridos de perros a deshoras, ha escrito a la Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental de Castilla-La Mancha, pero el ruido y los ladridos siguen existiendo.
Incluso, en uno de los comunicados que ha mandado al Ayuntamiento de Seseña, ha recordado la Ordenanza de Protección Acústica, donde se recoge en el artículo 34 que «los poseedores de animales domésticos están obligados a adoptar las medidas necesarias para impedir que la tranquilidad de sus vecinos sea alterada por el comportamiento de aquellos».
Arturo, vecino de Seseña desde hace 40 años, pide una solución y reunirse con el alcalde para poder recuperar el descanso y el sueño tanto él como su familia.