El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristobal Montoro, será el encargado de poner nota esta semana a la actuación del Gobierno de María Dolores de Cospedal en los tres primeros meses de 2012.
Me refiero a que en breve Hacienda publicará los datos de ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas españolas, la primera nota objetiva para todas ellas y donde se verá a qué ritmo trabaja y cumple sus tareas y compromisos cada Ejecutivo autonómico.
Los ránking, como las medias, esconden a veces grandes mentiras o generalizaciones injustas, pero la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de abundar -no lo suficiente, todo hay que decirlo- en la transparencia de las administraciones públicas españolas y, en especial de las comunidades autónomas, supone un antes y un después en la manera de gestionarlas.
Y falta que hacía. Si durante todos estos años de excesos y anestesia colectiva hubiéramos podido conocer con exactitud la dimensión de la borrachera de gastos, quizás nos hubiera cantado otro gallo y ahora tendríamos menos polideportivos y piscinas cubiertas, pero un suelo seguro para médicos y maestros.
Ya sé que algunos estarán pensando en eso tan español de que quien hizo la ley, hizo la trampa y probablemente las comunidades autónomas más torpes estarán investigando nuevas y modernas técnicas de maquillaje para escapar a la lupa de Montoro y no dejar a la vista sus vergüenzas en materia de ejecución presupuestaria.
Siempre habrá excusas, pero los datos son los datos y ahí quedarán retratadas todas y, probablemente, las autonomías aprenderán la lección para el trimestre siguiente.
Sería deseable que al mismo tiempo que conocemos como se está llevando a cabo la acción de gobierno que marcan los presupuestos en cada territorio español, la Junta dé a conocer cómo se está comportando cada una de las Consejerías del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Sospecho que hay diferencias notables entre unas y otras y sacar a la luz los resultados de cada una es el primer antídoto para empezar a mejorar los resultados.
Si mis sospechas son ciertas, Cospedal podría verse abocada a un segundo cambio de Gobierno a mitad de año, porque presumo que lo que haya rebelado el primer trimestre no se ha corregido en el segundo, del que ya se han consumido más de dos tercios del crono.
Las encuestas avisan al PP de su tremendo desgaste, tanto en España como en Castilla-La Mancha. Nada relevante para sacar conclusiones ciertas haciendo una proyección de voto, porque además el PSOE aún no cosecha el deterioro, pero sí hay datos los suficientemente contundentes para saber que algo hay que hacer para evitar males mayores a medida que avanza la legislatura.
Los ciudadanos se empobrecen y cupan de ello al que gobierna, sobre todo si el sufrimiento se reparte tan desigualmente en contra de los más débiles.
Simplificando, una parte del desgaste se debe a las medidas impopulares, pero necesarias. Otra, a las decisiones impopulares que no está claro que sean la única alternativa. Y otro bloque, al estilo de gobierno y sus protagonistas. Ésta es la más fácil de atajar y la que se puede hacer de manera más rápida.
La lupa de Montoro arrojará nuevas pistas sobre las comunidades autónomas. ¿No tienen curiosidad por saber la nota que saca Castilla-La Mancha y sus futuras consecuencias?