Los asentamientos ilegales de trabajadores temporeros de la campaña de recogida del ajo son «una realidad», según ha admitido el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador. A preguntas de los periodistas en Cuenca, Labrador ha indicado que la Federación de Municipios y Provincias ha participado en las reuniones de coordinación de la campaña para garantizar la seguridad y otras cuestiones «imprescindibles» como es la higiene y «las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias».
El delegado del Gobierno ha recordado que los asentamientos ilegales no deberían producirse ya que el empleador tiene la obligación de prestar alojamiento a los trabajadores contratados, pero ha admitido que son «una realidad» debido a «diversas circunstancias familiares y de costumbre».
El verano pasado se registraron cuatro asentamientos ilegales de trabajadores portugueses y rumanos, una circunstancia que se repite cada año con el inicio de la campaña.
En cuanto a las contrataciones, Labrador ha señalado que éstas pueden verse influidas por una reducción del 10 por 100 en la producción de esta campaña, y se ha mostrado confiado en el buen funcionamiento del sistema para que los contratos se puedan tramitar de forma «prácticamente automática».
Se prevé la contratación de unos 1.500 trabajadores, la gran mayoría rumanos, para la campaña del ajo en la provincia de Cuenca, según informó el pasado mes de abril la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha.