El secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo, Emiliano García-Page ha inaugurado el VII congreso provincial de CSIF donde se elige al nuevo presidente provincial, cargo al que vuelve a presentarse la actual presidenta María Ángeles Aguilar.
El líder de los socialistas castellano-manchegos, Emiliano García-Page, ha inaugurado el VII congreso provincial de CSIF. En el mismo, Page reconocía que ahora es el momento para «reflexionar y hablar claro» e insistía en que «son momentos para no esconderse», porque «no se ayuda a la sociedad estando callados».
Una época donde parece que se han instalado «dos sensaciones». Por un lado, la necesidad de realizar «cambios rotundos» y, en segundo lugar, hacerlos «deprisa».
Ante ello, Page pedía que no se cuestione la esencia de lo que ha ido bien durante 30 años y, recordaba, que «las prisas son malas consejeras» y más si vienen de fuera.
La sensación de que «hay que revistarlo todo» es «netamente peligrosa». «Evidentemente hay cosas que no se han hecho bien, pero no vale acordarse de Santa Bárbara cuando truena», comentaba Page, quien apostaba por una revisión constante de lo que se hace y recordaba que en estos 30 años han cambiado muchas cosas.
«ESPAÑA NO DEBE ACHICARSE»
«Soy testigo –reconocía el alcalde- de muchas cosas» y, por ello, «creo que es un grave error pensar que hay que ponerlo todo patas arriba».
Page considera que «España no debe achicarse» y va más allá al recordar a Alemania que, cuando ha tenido problemas, ha salido de ellos «con el apoyo de todo el mundo».
Page ha reclamado diálogo y voluntad ante la situación actual. Diálogo, porque es «lo democrático y lo inteligente» y porque «conviene escuchar para tomar decisiones». Y, voluntad, para tratar temas importantes como, por ejemplo, los presupuestos de Castilla-La Mancha.
«ES PROBABLE QUE LLEGUEN MÁS MEDIDAS QUE AFECTEN A LOS FUNCIONARIOS»
Page ha recordado en el congreso de CSIF la importancia de respetar lo público y ha matizado que «se demoniza aquello que, cuando falta, se echa de menos».
El alcalde de Toledo quería poner en valor y elevar el listón sobre los discursos que se hacen de lo público. Al tiempo que temía que «lleguen más medidas que afecten a los funcionarios».