El hombre acusado de apuñalar a su mujer en Porzuna (Ciudad Real) en diciembre de 2010 ha declarado hoy en el primer día de juicio que la mató porque estaba «nervioso» y se le «fue la cabeza». E.M.K., de nacionalidad marroquí, está acusado de matar a su mujer «con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones, con el que la agredió en diferentes partes del cuerpo, incluido el tórax», según han descrito el fiscal y las acusaciones. Previamente «golpeó a su mujer con el mástil de un hacha en la cabeza y en una pierna, partiendo el mango de madera en dos».
El procesado, que está siendo juzgado por un jurado popular y al que se le piden penas de cárcel de hasta 25 años, ha reconocido los hechos y ha asegurado que «no quería hacerle daño». El acusado ha argumentado que «estaba enfadado con ella» por una presunta relación sentimental que mantenía la fallecida «con un rumano». «Aguanté mucho, hasta que se me fue la cabeza», ha precisado ante las preguntas de la defensa.
EL ACUSADO YA HABÍA SIDO DENUNCIADO POR LA VÍCTIMA
Por su parte, Ángela Navarro, una de las hermanas de la víctima, ha pedido que al acusado se le aplique la máxima condena, 25 años de cárcel por asesinato. En declaraciones a Efe, Navarro ha dicho que su hermana «tenía miedo después de haber denunciado a su marido el 27 de noviembre de 2010 por maltrato» y que aunque este fue detenido por la Guardia Civil, «le soltaron porque no había sangre».
Ha reconocido que su hermana «perdonó al acusado después de echarle del domicilio», unos días antes del presunto asesinato. «Supongo que porque lo quería», aunque aconseja a todas las mujeres que sean intolerantes con la violencia machista y que «no aguanten ni un solo cachete».
Los hechos ocurrieron el 18 de diciembre de 2010 cuando el matrimonio, afincado en la localidad de Porzuna (Ciudad Real), inició una discusión en la cocina, mientras que los cuatro hijos permanecían en una sala contigua. Según el relato de la fiscalía, la víctima, Y.N.N., de 24 años y con una minusvalía psíquica del 65 por 100 reconocida, sufrió varios golpes en la cabeza y en una pierna con el mástil de un hacha. Al romperse el mástil, el acusado cogió un cuchillo de cocina de 24 centímetros y le apuñaló en varias partes del cuerpo mientras la víctima intentaba escapar.
Tras varias puñaladas, la víctima consiguió salir a la calle para solicitar ayuda a un vecino sin recibir respuesta. Según la narración del fiscal, la mujer incluso llamó al 112 desde el suelo para pedir ayuda y decir que «había sido agredida por su marido». Mientras, el acusado cogió el coche, siempre según la versión de la defensa, para entregarse a las autoridades, hecho que las acusaciones rechazan por considerar que el encuentro con la Guardia Civil «fue fortuito, porque verdaderamente lo que intentaba era escapar».
LA ACUSACIÓN PIDE 25 AÑOS DE CÁRCEL; LA DEFENSA, 10
El ministerio fiscal solicita 18 años de prisión por asesinato e indemnizaciones de 52.800 euros para cada uno de los cuatro hijos de la fallecida y de 10.500 euros para la madre de la víctima. La acusación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la acusación particular solicitan penas de 25 años de cárcel porque mató a su mujer de «forma traicionera y sin poder defenderse» y «por la espalda».
Por su parte la defensa, pese a asumir los hechos, califica el delito de homicidio, con la atenuante de «arrepentimiento» por el «estado de nerviosismo del acusado» que le causó conocer la presunta relación con otro hombre, por lo que solicita la pena de 10 años de cárcel.
El juicio se reanudará mañana con las pruebas periciales y las declaraciones de los agentes de la Guardia Civil que interrogaron al procesado en el día de los hechos.