El jurado popular que ha juzgado en la Audiencia de Ciudad Real a E.M.K. por matar con un cuchillo a su mujer el 18 de diciembre de 2010 en Porzuna (Ciudad Real) ha declarado al procesado culpable de un delito de asesinato. Tras dos días de juicio, los nueve miembros del jurado han considerado de forma unánime que los hechos probados «no han generado dudas sobre la culpabilidad del acusado».
E.M.K. asesinó a su mujer, Y.N.N. «con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones, con el que la hirió en diferentes partes del cuerpo, como abdomen, pelvis y extremidades superiores e inferiores». Previamente la había golpeado con el mástil de un hacha en la cabeza y en una pierna partiendo el mango de madera en dos, motivado, según algunas hipótesis, «por una discusión porque la víctima mantenía una relación sentimental con otro hombre».
El fallo del jurado ha aceptado la circunstancia agravante de parentesco y ha desestimado la atenuante de arrepentimiento, si bien en este caso la votación ha sido dividida, con cuatro votos a favor y cinco en contra. El tribunal ha interpretado que el asesinato fue un «ataque sorpresivo que evidenció la superioridad física y mental del procesado sobre la víctima», de 24 años, que tenía una minusvalía psíquica reconocida del 65 por 100.
TODAS LAS PARTES PIDEN 18 AÑOS DE CÁRCEL
Tras la lectura del veredicto, todas las partes, incluida la defensa del acusado, han solicitado para el acusado una pena de 18 años de prisión y una indemnización de 52.800 euros cada uno de los cuatro hijos y otra de 10.500 euros para la madre de la víctima. Además, han pedido que E.M.K. no pueda ver a sus hijos en 18 años ni tener comunicación con ellos durante 28 años.
El procesado ha reconocido en todo momento los hechos, si bien aseguró en el primer día de juicio que «no quería hacerle daño» y declaró: «Aguanté mucho, hasta que se me fue la cabeza». En declaraciones a Efe, el abogado defensor, Sebastián Serrano, ha explicado que el acusado «siempre ha reconocido los hechos y asume su responsabilidad». Lo más duro, según Serrano, ha sido que «le retiren la patria potestad».