Guadamur celebró como se merecían las quintas Jornadas Visigodas Tesoro de Guarrazar, con las que el municipio recuerda su gran pasado visigodo, hasta el punto de que la nobleza toledana eligió la localidad para esconder en ella el Tesoro de Guarrazar de las garras del invasor árabe.
Todo el fin de semana estuvo repleto de actos festivos, pero fue el domingo por la mañana cuando se puso fin a las Jornadas. En plena puerta de la basílica de Nuestra Señora de la Natividad, y entre tenderetes de época y algún que otro taller pensado sobre todo para los más peques, como el de papiroflexia, la mañana arrancaba con un cuentacuentos, fielmente seguido por los más peques, antes de que un trío (viento, cuerda, percusión y voz) de música medieval distrajera a los presentes con varias piezas cantadas en varias lenguas europeas.
Tras la música llegó la actuación de un bufón que fue de lo mejor de la mañana, ya que soportó el tremendo calor amenizando un rato de los presentes con varios números de magia humorística, bufón que dio paso y acompañó al nuevo monarca visigodo en su acto de juramento. La jornada matutina se completó con un combate entre los nuevos caballeros del rey, que velaban entre otras cosas por la pureza de la cristiandad.
Ya en el interior de la basílica de Nuestra Señora de la Natividad, el empleado del centro de interpretación del Tesoro de Guarrazar mostraba la única réplica de corona votiva que queda, gracias a la cesión del maestro artesano que las elabora, tras el reciente robo de todas las réplicas. Para inicio del próximo otoño, el Ayuntamiento tiene intención de encargar de nuevo las réplicas, ya que no se tiene esperanza en la recuperación de las robadas.
Por último, la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez (PP), estuvo presente en todos los actos, como los de la mañana dominguera, convenientemente ataviada de época visigoda.