Los padres y madres de los once alumnos con los que cuenta el colegio rural de Garciotún (Toledo) han decidido por unanimidad no matricular a sus hijos en ningún centro como medida de presión y protesta ante el cierre de su escuela el próximo curso.
Así lo ha contado a Efe el alcalde del municipio, David Palomares, que ha explicado que todo el pueblo «quiere echar un pulso» a la Consejería de Educación para intentar mantener una escuela que tiene más de los diez niños que el Gobierno regional fijó como mínimo para seguir funcionando.
«Para el día 1 de agosto, si nos dejan, podríamos alcanzar los 15 niños matriculados para nuestra escuela», ha declarado Palomares, quien ha avanzado que el municipio no se resigna a perder su colegio sin lucha, «justo ahora que estamos tan bien, que tras varios años con cinco alumnos, y tenemos una progresión ascendente».
El regidor de este municipio de 198 vecinos empadronados ha indicado que hay pueblos de las provincias de Cuenca o Guadalajara con menos niños donde finalmente se mantendrán las escuelas por la distancia que les separa de los centros de cabecera en zonas de difícil acceso.
«Nuestro caso es sangrante», ha dicho el alcalde, «tenemos más niños que otros pueblos, pero como por nuestro pueblo pasará el transporte escolar que traerá a los niños de Nuño Gómez, pues prefieren aprovechar, cerrar el centro, ahorrarse el dinero y llevarse a los críos a Castillo de Bayuela, situado a seis kilómetros».
El alcalde y el AMPA consideran que los criterios para el cierre de centros son arbitrarios y nada objetivos, opinan que «esto no tiene ni pies ni cabeza» y aseguran que en el municipio la gente «está cabreada».
El Ayuntamiento ha convocado a todo el pueblo al colegio, como imagen de unidad en la reivindicación común, el próximo miércoles por la mañana, cuando se espera la visita de un inspector de Educación para informar a las familias de los detalles del próximo curso y de las rutas del transporte escolar.