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Hace meses el padre intentó llevarse a un menor pero lo impidió su abuelo 26/06/2012junio 13th, 2017

La Guardia Civil y el Juzgado número 2 de Torrijos investigan la muerte de una niña de dos meses que ha sido encontrada muerta en una vivienda de esta localidad, donde también se encontró a su madre con varios golpes en la cabeza, mientras que el padre se arrojó al vacío y murió.

Aunque todos los indicios apuntan a que podría tratarse de un nuevo caso de violencia machista, las autoridades no se atreven a confirmarlo a la espera del resultado de las investigaciones.


El hombre, E.A.E., de 48 años, no tenía denuncias previas por malos tratos y, por tanto, sobre él no pesaba ninguna orden de alejamiento, según ha podido constatar en los archivos informáticos el juzgado de Torrijos que ha abierto diligencias sobre el suceso, según han informado a Efe fuentes del Tribunal Superior de Justicia.

La víctima, de 32 años, está ingresada en la UVI del hospital Virgen de la Salud de Toledo con un traumatismo craneoencefálico severo tras recibir «diversos golpes en la cabeza con un objeto contundente», mientras que el bebé no presenta signos de violencia, según ha dicho el delegado del Gobierno en la región, Jesús Labrador.

No obstante, un vecino consultado por Efe que no dado su identidad ha indicado que ha visto al bebé cuando lo llevaba en brazos la Guardia Civil y que estaba «morado», por lo que se desconoce si la pequeña ha podido morir por inhalar el humo del incendio que habría provocado el hombre en la vivienda o por otra causa que se está investigando.

Al parecer, tras la bronca con la mujer, el hombre, que estaba en tratamiento psiquiátrico y que el pasado mes de mayo intentó llevarse a una niña de dos años que estaba con su abuelo en un parque de la localidad, se habría arrojado al vacío desde el segundo piso en el que vivía la familia en régimen de alquiler.

Durante la caída se habría topado con las cuerdas de tender la ropa y habría caído de cabeza, según ha dicho a Efe el alcalde de Torrijos, Juan José Gómez Hidalgo, quien ha confirmado que la pareja, de nacionalidad marroquí, llevaba mes y medio viviendo en la localidad.

El suceso está en investigación y bajo el secreto del sumario decretado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Torrijos, localidad de unos 13.000 habitantes y situada en dirección a Ávila a unos treinta kilómetros de Toledo.

El hombre fue detenido y puesto en libertad con cargos el pasado 15 de mayo por tratar de llevarse a una niña de dos años que se encontraba jugando con su abuelo en un parque de la localidad, lo que habría hecho para forzar a que le entregaran a su hija recién nacida y que estaba ingresada en un hospital de Cádiz.

Una compatriota del matrimonio, Bahija, que ha hecho de intérprete de la pareja, ha explicado que le ha acompañado en dos ocasiones a la consulta de psiquiatría del Hospital Provincial de Toledo y que estaba «trastornado» por su obsesión con que se llevaran a su hija tras conocer las informaciones del caso del robo de bebés en hospitales de nuestro país hasta la década de los 80 del siglo XX.

Bahija ha explicado que el pasado mes de mayo el matrimonio regresaba a España desde su país de origen, Marruecos, y que la mujer tuvo un parto prematuro que les sorprendió en Cádiz, por lo que el bebé, una niña que ahora tenía dos meses y medio, quedó ingresado en un centro hospitalario de Cádiz, donde también se quedó la mujer, mientras que el regresó a Torrijos.

Al parecer, según la intérprete, el hombre no aceptó que la mujer y la hija se quedaran en Cádiz, una situación que le «trastornó» y él estaba obsesionado con que le había quitado a su hija a raíz de las «informaciones de las monjas que están robando a las niñas», ha dicho Bahija en referencia al caso de los bebés robados.

«Con este problema se trastornó el hombre y el pensaba que le habían quitado a su hija», ha dicho la intérprete, quien ha precisado que el fallecido era una «persona buenísima, muy educado».

El suceso ocurrió pasadas las cinco y media de la madrugada cuando los vecinos del inmueble, situado en el número 3 de la travesía del Cristo, en el centro del pueblo, oyeron «muchos golpes, muchos ruidos de hierros y muebles y muchos llantos», según ha relatado a Efe Margarita, una anciana que vive en el primer piso del edificio.

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