«La cabeza le ha crecido un poco pero el cerebro lo tiene más atrofiado»: este es el diagnóstico negativo que los médicos han comunicado a los padres de Naiara, la niña de un año que sufre una atrofia cerebral que le impide moverse, tras la última resonancia magnética a que ha sido sometida. La familia vive en Añover de Tajo (Toledo).
Noelia Hernández y Fernando González, los padres, saben que el diagnóstico no es bueno y ello a pesar de que, según sobre todo Noelia, la niña parece mejorar un poco sus movimientos: «Levata algo más los brazos y parece que la cabeza se le sujeta algo más», dice, aunque admite que la cabecita continúa sin mantenerse eeguida y que Naiara no es capaz de quedarse ella sola sentada en una silla.
Tras la resonancia, la niña está ahora en lista de espera para ser objeto de una biopsia muscular. Los padres, dada la gravedad del caso, esperan que no tengan que esperar casi medio año como ocurrió con la última resonancia, prueba que, tal como revela Noelia, fue incluso precipitada por una reclamación que hicieron; Noelia y Fernando se quejan de que la Seguridad Social no pueda hacerse cargo de toda la rehabilitación que la niña necesita y también de una «falta casi absoluta de información» sobre su expediente médico cuando tienen que acercarse a Toledo, al Hospital Virgen de la Salud, se lamenta el padre.
La sanidad pública se hace cargo de una horia y media semanal, a todas luces insuficiente, durante la que Naiara recibe rehabilitación en el centro médico de Yepes, localidad cercana a Añover. Del resto deben hacerse cargo los padres en casa, sobre todo Noelia ya que Fernando trabaja en una fábrica de colchones en Ugena. Toda la información que han recibido para estimular a Naiara vía rehabilitación la han obtenido del Instituto Fay, un centro madrileño privado, al que han pagado 1.250 euros y al que en breve deben abonar 950 euros más, cantidad que deberán satisfacer cada cinco meses.
LA CUENTA, A CERO, PERO LOS VECINOS DE AÑOVER, «A CIEN»
Los padres de Naiara abrieron una cuenta bancaria para recabar ayuda destinada a la niña con resultado cero, todo lo contrario de la ayuda directa que Noelia y Fernando han recibido directamente de sus vecinos de Añover de Tajo, para quienes el padre solo tiene palabras de agradecimiento y hasta de elogio. Así, por medio de rifas y demás iniciativas así como por aportaciones directas, los padres de Naiara han obtenido 7.000 euros que irán íntegramente destinados al cuidado de la niña.
«Es increíble. En un pueblo con casi un 50 por 100 de paro, ha venido gente a darnos casi lo que no tenían», revela emocionadamente Fernando, padre de Naiara, un ángel que batalla día a día por despertar las neuronas que tiene dormidas. Suerte a los tres.