Con el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, iniciamos en encastillalamancha.es la publicación que comenzáramos en 2004 en la revista ECOS y a la que definimos como «El verano de su vida», en esta ocasión convenientemente actualizada.
En el caso de Labrador, continúa pasando los veranos en familia y sigue añorando aquellos estíos en Almaraz. De 2011 guarda un grato recuerdo, ya que estrenaba verano con su cargo recién estrenado de consejero de Presidencia y Administraciones Públicas, o sea, que se estrenaba como miembro del Gobierno de Castilla-La Mancha, que hacía unas semanas había «ganado» María Dolores de Cospedal.
Jesús Labrador, delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, coordinador general del PP de la provincia de Toledo y coordinador general del PP de Castilla-La Mancha, ha viajado mucho, pero guarda un gran recuerdo de los veranos de su infancia. Labrador, a la hora de mostrar las fotografías que atesora, las divide perfectamente en tres niveles: el viaje de novios, el viaje de casado y la escapada sin niños. Eso sí, es muy celoso de la intimidad de sus hijos, por eso no aparecen en ninguna imagen.
Además, el delegado del Gobierno en la comunidad autónoma guarda asimismo un buen recuerdo de los dos veranos que tuvo que pasar en el hospital Virgen de la Salud de Toledo (foto en la que aparece tumbado). La razón fue que su mujer dio a luz a sus dos hijos tras sendas cesáreas, por lo que las esperas se prolongaron.
Ambos retoños nacieron en agosto. «En este cómodo sillón pasé algunos días», comenta irónicamente. Fueron dos semanas de los veranos de 1997 y 1999: «Antes era el tiempo hospitalario para las cesáreas», recuerda el dirigente «popular». Labrador tiene tres hijos: Jesús, Jorge e Ignacio. La imagen que ven corresponde a la espera del primero de sus vástagos.
La fotografía en la que posa solo con un suéter amarillo es del viaje de bodas. La pareja (Jesús está casado con María) volvía de Portugal para ir a Sevilla y a Lisboa. En la imagen, Labrador posa en un paraje de la sierra extremeña. Corría el año 1996.
Quedan las dos instantáneas de Labrador mucho más joven. En la de la piscina (foto que pueden ver en la portada del periódico), donde el hoy delegado del Gobireno en la región es un crío, es pillado en un momento de un veraneo con sus padres en el pueblo extremeño de Almaraz; tendría unos 12 años. En la fotografía en la que el futuro político mostraba sus dotes atléticas sobre un tronco, trabajaba de monitor de primer año en un campamento en Los Molinos (Madrid). Contaría con unos 18 años y el campamento, religioso, era de los Maristas.
LA «ODISEA» ANTES DE LLEGAR A EXTREMADURA
Labrador recuerda nítidamente los veranos de su infancia y sobre todo la odisea que en compañía de su familia debía completar para llegar a Extremadura, donde siempre veraneaba con sus padres (eran cacereños). “Mi padre no tenía coche, por ello cogíamos el tren para ir a Bargas, de donde íbamos a Navalmoral de la Mata; allí nos recogía algún familiar. Si no cogíamos el tren, venía un tío mío a recogernos en una furgoneta”, relata.
Iban a los pueblos de sus padres, Almaraz (el padre) y Saucedilla (la madre). “Almaraz, antes de la central, no tendría más de 150 habitantes”, constata. Pasado el tiempo, la familia hacía la travesía en Auto-Rex. A Talavera llegaban con la empresa Galiano. En la vieja estación de Talavera, Labrador no quiere olvidar un viejo quiosco de helados italianos.
En Almaraz la familia disfrutaba de una casa de pueblo, “enorme, preciosa”, donde pasaban los primeros veranos hasta siete hermanos. “Nos lo pasábamos muy bien”, dice. La única hermana que no disfrutaba de los veranos en familia era la que prefirió ser monja, cuenta Labrador.
CUANDO RECOGÍA CAMIONES DE PESCANOVA… ¡TOMA YA!
A partir del antiguo BUP (Bachillerato Unificado Polivalente), el delegado del Gobierno en la región siempre ha pasado los veranos de monitor en campamentos. Estuvo cuidando niños hasta tercero de carrera. “Llegué a hacer cuatro campamentos hasta que me juré que sólo iría a recoger camiones de Pescanova en invierno”, explica (éstas eran sus dos fuentes favoritas de financiación). Los campamentos le llevaron a Cádiz, Gijón, Portugal…
Ya de estudiante más mayor y de profesor universitario viajó a varios países, entre ellos Estados Unidos.
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