A Paco Cubelos le costó Dios y ayuda acceder a los Juegos, tanto que llegó a pensar si no había «meigas» que entorpecían su legítimo derecho a estar en Londres acorde con el sistema de reasignaciones de la Federación internacional y dados los méritos deportivos que había cosechado hasta entones. Pero llegada la confirmación de la gran noticia, el menor de la soberbia saga de los Cubelos se entrena en Portugal, asistiendo al Europeo antes de que entre el 6 y el 8 de agosto compita en los Juegos Olímpicos, en su prueba, K-1 1.000m.
«Llegar a la final sería un buen resultado, ya que sería diploma olímpico»
Cubelos tiene en mente llegar a la final, lo que ya sería «un gran resultado, ya que significaría diploma olímpico», constata el talaverano, quien ve el logro de la medalla «muy complicado». «Soy muy cauto con ese tema», afirma, pero admite que en la última gran cita internacional quedó muy cerca de los dos primeros, los dos favoritos para las medallas. «Quedé a una décima del segundo y no muy lejos del campeón», recuerda.
El menor de la exitosa saga ve ahora su participación olímpica como «un sueño» cumplido: «Cuando era pequeño lo veía como un sueño, pero a partir del año pasado como un objetivo», añade.
Los dos palistas mencionados son sus principales rivales, lo sabe, además del actual campeón mundial del K-1 1.000m, coronado en 2011.
De lograr la tan ansiada medalla, Paco Cubelos se acordaría primeramente de su familia, sus padres y hermanos, porque siempre la han ayudado.
Por último, tiene especiales palabras de agradecimiento para su entrenador, Luis Brasero, por su adiestramiento (también va a los Juegos) y su tío, José Ángel, por haber llegado a donde ha llegado (este último fue el que inculcó a los hermanos su pasión por el piragüismo).
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