«Empecé en esto viendo los Juegos de Barcelona 92. Ya hace 20 años de aquello»… Quien habla así es Úrsula Ruiz, campeona de España de lanzamiento de peso, lorquina, aunque desde 2001 está federada en Castilla-La Mancha, por lo que está muy agradecida, al poder trabajar en León desde hace 10 años aunque esté lejos de sus padres, lo que lamenta tanto…
Es apreciable la madurez de Úrsula a sus 28 años. ¿Rivales? Y contesta con un todo un ejemplo de sensatez, de experiencia: «Primeramente mis rivales lanzadoras y después la propia competición, tan inmensa, con mucho público; el ambiente tan extraño y poco familiar; y la exigencia de una misma, puesta a prueba en solo tres lanzamientos en apenas cuatro segundos y medio, o sea que hay que estar bien en el preciso instante».
Si llegara a la final tendría que hacer un total de nueve lanzamientos. Solo ocho lanzadoras acceden a la final, pero aún se ve lejos de eso: «Si sigo trabajando otros cuatro o cinco años, si cojo cuerpo, crezco 20 centímetros…», comenta con sorna.
Y es que no se plantea un objetivo concreto. Va a competir consigo misma para hacer el mejor papel posible. «Está muy caro lo de la medalla», admite.
«Nunca me he planteado esto con un objetivo claro, pero conforme me he ido haciendo mayor… digo lo que todo el mundo, que esto es como un sueño porque tiene una repercusión grande», se explica.
De soñar con la medalla, le llegan a la mente sus padres: «Son mi apoyo diario. No saben nada de inglés pero estarán en la grada para darme ánimos, para acompañarme. Llevo 10 años en León (ella es de Lorca, Murcia) y apenas les veo».
También se acordaría «de la Federación, del Clamo (programa Castilla-La Mancha Olímpica, de la que recibe la beca, como en esta ocasión), que me permite el desplazamiento y el entrenamiento, y de los clubes. Son tanta gente…», concluye.
La lorquina se ganó el billete para Londres en el último Campeonato de España de atletismo en pista cubierta de Sabadell, donde revalidó el título cosechando un registro de 17,63 metros, la tercera mejor marca española de siempre y su mejor marca personal. También fue la mejor marca del año, superando en 13 centímetros la mínima para los Juegos y sacando billete también para el Mundial de Estambul de marzo.