Mónica Pana llegó a España en el año 2007 procedente de Rumanía. Tras una separación tomó esta decisión porque quería un futuro para su familia y, sobre todo, que su hijo Alin Rus -que ahora tiene 15 años y que padece una enfermedad muy discapacitante: tetraparesía espástica bilateral, con su forma más grave (diaplejía espástica)- recibiese una atención. Su sueño de darle una vida mejor, a él y a su otro hijo de 18 años, se vio truncado en mayo de 2011 cuando se quedó en paro, una situación que les ha llevado a vivir en la calle. Ahora desde Cuenca, ciudad en la que reside actualmente, numerosas organizaciones como Cáritas Diocesana, Cruz Roja y la Asociación Hispano Rumana de esta localidad se afanan en ayudarles.
Dentro de las iniciativas emprendidas, urge conseguir una nueva silla de ruedas para Alin ya que la que tiene se ha quedado pequeña y le está produciendo graves lesiones en la espalda. Violeta Vartic, presidenta de la Asociación Hispano Rumana, indicaba explicaba que el hijo de Mónica padece con motivo de su enfermedad estrabismo, crisis de epilepsia, atrofia óptica, retardo mental, desviación de la columna vertebral y luxación de cadera, síntomas que elevan su discapacidad al 93 por 100.
Por todo ello, y en colaboración con el periódico «Occidente rumano», la asociación ha iniciado una campaña solidaria para recaudar fondos; no confían en que la subvención aprobada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para este fin vaya a llegar a tiempo. A través de este periódico cuentan la historia de Alin intentando sensibilizar a cerca de su situación. Igualmente han preparado participaciones de Lotería de Navidad y se colocarán huchas en la exposición de artesanía que la asociación pondrá en marcha a partir del 3 de diciembre en la Casa de Asociaciones de Tarancón. Además, dentro de la celebración de la Semana Hispano-rumana, una exposición de cuadros de autores rumanos en Tarancón pretende servir para recaudar donativos. Violeta Vartic añadía que todo aquel que quiera colaborar lo puede hacer ingresando su colaboración en la siguiente cuenta de Caja Rural de Cuenca: 3064 0840 4121 3779 4315.
Mónica Pana llegó con sus dos hijos a Alicante desde Rumanía. Acogida en un primer momento por compatriotas, aquí no tardó en encontrar un trabajo y en matricular a su hijo mayor en un centro educativo y en proporcionar a Alin los cuidados necesarios. Perdió su trabajo y, también ayudada por otros rumanos, se trasladó a la localidad conquense de El Acebrón, donde llevó a cabo tareas de limpieza y de agricultura. Aceptó podar viñas, cavar la tierra… todo ello para tener algo con lo que subsistir. Con el objetivo de mejorar la atención de su hijo con discapacidad se trasladaron a la ciudad de Cuenca, donde pudo inscribirle en el Colegio Público de Atención Especial «Infanta Elena». Su realidad se complicó cuando en mayo de 2011 perdió su trabajo y con él la habitación en la que vivía de alquiler. No tuvo más remedio entonces que malvivir en la calle junto a su hijo mayor, mientras que Alin vivía de lunes a viernes en el centro especial y los fines de semana era acogido por voluntario de la Cruz Roja. Gracias al apoyo de numerosas organizaciones, Mónica podrá acceder dentro de poco a un piso en el que, al menos los fines de semana, atender a Alin.
Sin embargo la lucha no cesa ya que el joven precisa de una silla de ruedas adaptada a su tamaño y que no le siga lesionando la espalda.