Todos saldrán ganando: las especies necrófagas, los animales vivos y los ganaderos, tal y como ha explicado a los periodistas la consejera de Agricultura, María Luisa Soriano, en la rueda de prensa posterior a la celebración del Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha. ¿Por qué?
Porque la Orden que establecía que los ganaderos tenían la obligación de enterrar a los animales que se morían en sus explotaciones ha quedado derogada, lo que significa que a partir de ahora las especies necrófagas (aves carroñeras como los buitres o mamíferos como los lobos) se podrán alimentar de esos animales muertos y con ello se evitará que ataquen a los vivos para conseguir alimento, con la consiguiente pérdida económica que esto suponía para los ganaderos de la región.
Además, los propietarios de las explotaciones se ahorrarán también el dinero que hasta ahora debían invertir en los enterramientos, por lo que reducirán gastos.
A partir de este momento serán los propios ganaderos quienes tengan que solicitar este nuevo derecho, pero Soriano intuía que «van a ser muchos». En cualquier caso, las explotaciones tendrán que cumplir, de forma escrupulosa, con la normativa sanitaria. En caso contrario no podrán poner en práctica este «plan».