César del Río
¿Se imaginan a María Dolores de Cospedal sobre el tatami azul de los Juegos Olímpicos repartiendo recortazos de judoka a tutiplén y a Emiliano García-Page cual Michael Phelps intentando dar brazadas kilométricas en la pileta y nadando contracorriente?
¿Llegará Leandro Esteban a la meta rodeado de finos y «escuchimizaos» maratonianos tras recorrer el suplicio de 42 kilómetros que le ha tocado asumir desde que decidió que su destino era la Consejería de Presidencia, también la de Administraciones Públicas y, además, ser Portavoz del Gobierno y de casi todos sus compañeros aunque el tema en cuestión no tenga nada que ver con él?
¿Y José Ignacio Echániz, consejero de Sanidad? Llegó como uno de los grandes favoritos, como la selección olímpica española de fútbol, pero a este paso… Le llueven las críticas por doquier y al final sólo le queda por jugar el tercer partido, pero sin opciones y sabiendo que su futuro como que ya no está en la Villa Olímpica.
Definición de Villa Olímpica: la casa de todos o Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno de Castilla-La Mancha.
¿Es el taekwondo el deporte en el que Carmen Riolobos, senadora y portavoz regional del PP, se mueve como pez en el agua y tiene grandes posibilidades de conseguir medalla? ¿O será en el cuerpo a cuerpo y sin protector de caras, como ocurre en el boxeo?
¿Será Arturo Romaní, el consejero de Hacienda, como el meritorio Sugoi Uriarte, prácticamente desconocido por todos y quien después de repartir mandobles a todo aquel que se le ponía por delante llegaba la hora de la verdad y los jueces le privaron de la medalla? ¿Será al final una frustración o conseguirá Romaní ese 1,5 por 100 de objetivo final de déficit en diciembre de este mismo año tras el esfuerzo supino al que nos ha sometido (empezó en el 7,3 por 100 en el que nos dejó el PSOE) o al final…? ¿Pan para hoy y hambre para mañana?
¿Y Marcial Marín, consejero de Educación, Cultura y hasta de los mismísimos Deportes? Un paso más, un día menos… Para el comienzo del curso escolar, aquel que se presupone bastante tumultuoso. ¿Conseguirá por tanto una plata amarga porque no llueve a gusto de todos? Es el seleccionador, habrá que esperar hasta el final para hacer el correspondiente balance. Susto o «muerte», claro.
Por cierto, ¿a quién vestirían ustedes de abanderado, cual Pau Gasol?
Continuará…
Como los Juegos Olímpicos.