17 personas han sido detenidas y dos están en busca y captura por su implicación en un grupo criminal radicado en Almansa (Albacete), al que se atribuyen 67 delitos de robo en vehículos, en viviendas, algunos de ellos cometidos con violencia e intimidación.
La banda ha sido desmantelada en la denominada «Operación Fardela», iniciada en marzo y de la que ha informado hoy en rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en Albacete, Federico Pozuelo, quien ha detallado que se han esclarecido 58 por robo en interior de vehículos, tres con violencia e intimidación, tres con fuerza en domicilios, dos delitos de receptación y uno de pertenencia a grupo criminal.
En dos de los tres robos cometidos con violencia e intimidación, los detenidos causaron lesiones de consideración a dos vecinos de la localidad albaceteña de Almansa, sustrayéndoles dinero, teléfonos móviles y otros efectos de valor.
Entre los detenidos hay al menos un menor de edad, 15 son de nacionalidad española, de los que 14 residían en Almansa; otro en Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real) y uno más, de nacionalidad marroquí, en Crevillente (Alicante).
Los cuatro máximos responsables del grupo criminal están en prisión, pero otro de los jefes del grupo es uno de las dos personas que están en busca y captura.
Según el subdelegado, la banda criminal estaba «perfectamente estructurada», con un grupo dedicado a los robos y otro a vender lo robado.
Los robos se planificaban «perfectamente», según Pozuelo, quien ha explicado, por ejemplo, que robaron hasta en seis vehículos en un solo día, aprovechando una prueba deportiva de BTT en Almansa.
Para perpetrar los hechos, la organización planificaba y seleccionaba sus objetivos mediante un reconocimiento de la zona en la que se hallaba la vivienda para posteriormente inspeccionarla.
Una vez realizada la fase anterior, seleccionaban el día más idóneo para cometer los robos y establecían el rol que tenía que desempeñar cada uno de los partícipes.
Los responsables de dirigir, coordinar y establecer contactos con las personas que receptaban los efectos sustraídos de los robos eran seis integrantes de la organización que pertenecían a un clan familiar con un amplio historial delictivo.
Posteriormente, el resto de la red se encargaba de vender los objetos de poco valor económico en Almansa y trasladar los objetos de mayor valor para ser vendidos en establecimientos de compra-venta de oro y en el mercado negro en las localidades alicantinas de Villena, Crevillente y Dolores.
Los robos que cometían en interior de vehículos los llevaban a cabo rompiendo los cristales de las ventanillas o utilizando herramientas para la apertura de los sistemas de cierre sustrayendo radio-cds, bolsos, carteras y otros efectos de valor.
En los registros se ha recuperado parte del material robado, como un reloj Rolex de 8.000 euros y diversas joyas valoradas en 15.000 euros recuperadas en la localidad alicantina de Dolores, aunque también las quisieron vender en Crevillente.
Parte del material de menor valor intervenido se encontró en un establecimiento de compraventa de Albacete, «pero a veces lo vendían en mercadillos de la zona», ha explicado Federico Pozuelo.
El subdelegado ha destacado la «gran repercusión social» que las detenciones han tenido en Almansa, centro de operaciones de la banda criminal y donde se produjo una gran cantidad de robos y «había una gran alarma».