viernes, 22 de noviembre de 2024
28/11/2011junio 14th, 2017
César del Río César del Río

Es curioso lo que deparan las relaciones políticas. Que José María Barreda no quería a Emiliano García-Page a su lado es, a estas alturas de la película, más que archiconocido. No hay más que recordar las declaraciones que hizo el alcalde de Toledo en encastillalamancha.es y en ECOS: «Ahora que no nos une el poder, mis relaciones con Barreda son mejores». Barreda ya había perdido las elecciones ante Cospedal y Page había ganado la Alcaldía de Toledo. Uno se había llevado una bofetada de órdago y otro una gloria que no pudo festejar a sus anchas por aquello de que el «hermano» mayor se la había pegado. U otros se la habían pegado pero él no se había enterado. Pero durante siete años, a la chita callando y con un disimulo que no podía disimular, Barreda trataba de apartar de su lado todo lo que oliera a Page. Como digo, con un disimulo que, aunque quisiera, no podía.

Otra cosa es que hubiera ganado Barreda y perdido Page. ¿Se lo imaginan aunque sea por un momento? Me da que no. Y que tampoco quieren.


Y cuando Pedro J. (tiene tantos admiradores, he aquí uno; como detractores, pero su opinión cuenta, y mucho) sacó en el Club Siglo XXI el nombre de Page como posible futuro del PSOE nacional (bien es cierto que entre un ramillete de famosos socialistas y sabiendo que las posibilidades son más bien escasas), a más de uno se le indigestó la merienda.

Con la digestión mal hecha Barreda llegó al Comité Federal de su partido, el sábado 26 de noviembre, y dijo aquello de que el próximo líder de los socialistas españoles, ahora que toca refundar, ha de ser un diputado de los que se eligieron el 20 de noviembre. O, lo que es lo mismo, que Page no. Y es que no puede con él. Ya ni disimula.

Primero habría que preguntarle a éste si querría serlo (por cierto, en El Mundo de este fin de semana entraba en la quiniela de futuribles en un sondeo realizado entre los militantes, pero con escasas posibilidades) y, segundo, y más curioso: ¿por qué Barreda rechaza de plano que alguien que no es diputado nacional (Page) pueda liderar el PSOE en Ferraz pero vería encantado que alguien que no es diputado regional en las Cortes de Castilla-La Mancha (Page) pueda liderar el PSOE en Santa María la Blanca?

Porque no puede verle ni en fotografía. Mientras, él, Barreda, sí entra en ese ramillete de 110 diputados que ha conseguido el PSOE en las últimas elecciones generales y, por lo tanto, sí podría aspirar a liderar el PSOE nacional. Tranquilos, es solo una hipótesis para calentar ánimos. Pero al menos es curioso y sarcástico que se pueda dar esta circunstancia.

A todo esto, el PSOE de Castilla-La Mancha celebró reunión de su Ejecutiva regional el jueves 24 y fue poco menos como si celebraran una merienda pero sin tortilla ni una cerveza que llevarse a la boca. Porque no estaba quien ha de ser llamado para liderar el partido, con cargo o no, durante los próximos años; porque sí estaban quienes han de dar un paso atrás y decir hasta aquí hemos llegado, me voy a mi casa que ya he tenido bastante; y porque sigue habiendo una cohorte de pelotas alrededor que…

Barreda no ha podido ver a Page durante años. Y los barredistas no han tragado con los emilianistas. Pero mientras los primeros no dormían por los segundos, éstos seguían a lo suyo. Mayo les puso a cada uno en su sitio. Ahora unos se lamen las heridas y tratan de redimir penas (con alguna comida y peloteo por medio para decirle al alcalde que es el mejor) y otros siguen a lo suyo, al menos con la ilusión intacta.

Hace falta un congreso regional socialista ya. Y ahí sí es imprescindible cambiar prácticamente todas las caras. Podría haber puesto «los», pero ha sido solo un pensamiento efímero.

Que ustedes lo entiendan bien.

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