La familia del profesor conquense Jesús Cañamares, muerto en Tanzania tras sufrir una indisposición cuando participaba en una expedición al Kilimanjaro, espera poder repatriar su cuerpo el lunes, una vez que se le haga la autopsia en Dar es Salaam, para conocer las causas de su muerte. El profesor, de 56 años de edad, falleció en la madrugada del pasado miércoles, 1 de agosto, después de que el 31 de julio sintiera una indisposición cuando se encontraba participando en una expedición al Kilimanjaro con un grupo de amigos y familiares integrado por 14 personas, según ha explicado su hija Irene Cañamares.
La hija del fallecido ha indicado que esperan que hoy se le pueda hacer la autopsia en Dar es Salaam, ciudad a donde está siendo trasladado desde el hospital de Moshi, al que fue evacuado cuando se sintió indispuesto, aunque falleció en el trayecto.
Ha confiado en que si hoy se le hace la autopsia el lunes puedan repatriar el cuerpo hasta Cuenca, para lo cual se han entrevistado hoy con el embajador de España en Tanzania, Luis Manuel Cuesta.
La noticia de la muerte de Jesús Cañamares ha causado una gran impresión en Cuenca, porque es una persona muy conocida tanto por su profesión de docente como por sus actividades deportivas, ya que pertenece al Club Atletismo Cuenca y a la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha.
En este sentido, Irene Cañamares ha destacado que su padre ha sido una persona «entrañable, entusiasta y muy activa», a la que no frenaban las dificultades.
Actualmente era orientador en el IES San José de Cuenca, aunque comenzó su profesión en el colegio público Santa Bárbara de Villacañas (Toledo), en el que enseñó como maestro durante 25 años, mientras que en el ámbito deportivo ha practicado ciclismo, atletismo y en los tres últimos años se había centrado en el montañismo y especialmente en el senderismo, ha señalado su hija.
Irene Cañamares, que formaba parte de la expedición junto con dos hermanos de su padre, ha reconocido que la experiencia está siendo «muy dura» y ha comentado que no puede aventurar la causa de su muerte, ya que ha sido una sorpresa para todos porque su padre se encontraba en perfecta forma física.
En similares términos se ha expresado Luis Ayllón, uno de los integrantes de la expedición, quien ha destacado que Jesús Cañamares era «un deportista excelente», que había hecho deporte toda su vida y tenía experiencia en este tipo de travesías y de subidas.
Ayllón, que es alcalde de Barajas de Melo (Cuenca) y ha sido senador y diputado regional en las Cortes de Castilla-La Mancha, ha explicado que habían preparado el viaje durante un año y que el mismo grupo ha hecho otros ascensos similares al Mont Blanc y a la cordillera del Atlas.
En esta ocasión, el grupo estaba integrado por 14 personas, que habían seguido una ruta planificada por una empresa especializada, con guías y porteadores, que se hace en seis días (cuatro de subida y dos de bajada).
Al cuarto día, cuando se encontraban a 4.600 metros de altitud, Jesús Cañamares comenzó a sentirse mal y a cansarse a pesar de que estaba en perfecta forma física, por lo que decidió quedarse en el campamento en vez de iniciar la última etapa de 1.200 metros hasta la cumbre del Kilimanjaro, ha comentado Ayllón.