Está claro que Gabriel González, concejal de Gestión de los Servicios en el Ayuntamiento de Toledo, guarda «el» recuerdo del verano de su vida de «aquella» primera escapada juvenil con «pasta» a Gandía con los amiguetes. Lo demás es fácil de suponer: el «despiporre». También recuerda un viaje de intercambio cultural a Viena, durmiendo sobre el Danubio, y ese viaje de ensueño a la República Dominicana donde hizo tantos amigos y demostró que la rivalidad política puede casar con la amistad: ahí si no sus buenas amigas con el edil «popular» Juan José Alcalde, cuya amistad tiene tantos años de vida. Por último, González se acuerda de sus primeros chapuzones en la piscina de Palomarejos y comenta su auténtica luna de miel, la postergada por las últimas elecciones, la que disfrutó con su esposa en Bali.
Al concejal de Gestión de los Servicios en el Ayuntamiento de Toledo, Gabriel González, no le cuesta nada echar la vista atrás y decantarse por aquel verano en Gandía de 1992. Su primer viaje lejos de la atenta mirada de sus padres. Gabriel González tenía en aquel momento 17 años y estaba muy cerca de alcanzar la mayoría de edad. “Era la primera vez que salíamos todos los amigos juntos y aquello fue un despiporre”, dice con una sonrisa. Eran jóvenes pero todos tenían trabajo durante los fines de semana, situación que les permitió enfrentarse con dinero a disfrutar por todo lo alto de unos días en la playa.
De aquel momento recuerda los nervios iniciales del viaje en tren desde Aranjuez hasta Gandía. Una vez allí reconoce que los días que vivieron fueron propios de unos adolescentes en fiesta. “A los pocos días ya nos querían echar del apartamento”, desvela entre carcajadas a la vez que recuerda las pocas veces que bajó a la playa en esas vacaciones.
Dice que uno de los mejores momentos fue la mariscada que él y sus compañeros de viaje se metieron entre pecho y espalda. “Tocamos a 6.000 pesetas cada uno”, recuerda.
Otro verano importante en su vida es el de aquellas vacaciones en Viena, producto de un intercambio cultural europeo de Juventudes Socialistas. Con simpatía, y haciendo referencia a los caprichos del destino, recuerda que por aquel entonces fue su ahora compañero Rafael Perezagua el encargado de entregarle desde la Consejería de Agricultura, el queso y el jamón que debían llevar para dicho intercambio cultural. De ese viaje destaca que estuvo alojado en un barco escuela sobre el Danubio.
CON SU AMIGO DEL PP
Entre sus recuerdos también está el viaje que hizo en el año 2000 junto a su amigo “popular” Juan José Alcalde. Conocida es su relación amistosa lejos de la rivalidad que de lejos han tenido que mostrar. Se conocieron porque eran compañeros en el colegio Maristas de Toledo. De aquel viaje de paraíso a la República Dominicana destaca las amistades que allí entabló con españoles de Barcelona y Bilbao. “Hasta nos hicimos amigos de un chico de Talavera. Es curioso que nos tuviéramos que conocer a 8.000 kilómetros de distancia de nuestras casas”, añade. Allí pudieron hacer diversas prácticas deportivas, empaparse de la manera que tienen de vivir allí y entregarse a las aguas del Caribe.
El edil añade que sus recuerdos veraniegos están ligados a la piscina municipal del barrio de Palomarejos. De pequeño y con bastante frecuencia sus padres le llevaban ahí. Después, al vivir en ese barrio, seguía cada verano siendo fiel a ese lugar con sus amigos.
Por último, Gabriel González comenta el que ha sido su último verano. «En realidad fue la luna de miel que tuvimos que posponer (ella y su esposa, la periodista Beatriz Sánchez Infantes) por las elecciones. Estuvimos en Bali (Indonesia). La foto está tomada en el templo de Tanah lot, uno de los lugares más visitados de Bali que forma parte de la mitología balinesa: es un lugar impresionante por sus vistas», concluye.
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