domingo, 24 de noviembre de 2024
Concejala del PP en el Ayuntamiento de Toledo 06/08/2012junio 13th, 2017

«Les advierto que a priori, el presente artículo tiene trampa desde tu propio titular, pues la mayoría de los toledanos sabemos que el Alcalde de Toledo, nunca fue cocinero y en ningún momento de su vida fue fraile. Y no lo fue porque jamás ha ostentado profesión alguna fuera de la política; del mismo modo que prácticamente ha viajado más tiempo en el coche oficial que en el suyo propio.

Sin embargo y con el ánimo de ser equitativa, les puedo decir casi con toda seguridad, que García-Page ha hecho más ‘funciones sobre el escenario’ que el mismo José Carreras. Y a eso vamos, porque es realmente lo que parece entusiasmarle: el espectáculo que estamos presenciando los toledanos desde que el alcalde de Toledo se quedó huérfano (no se asusten, electoralmente hablando).


Quienes se interesan por la vida pública local y autonómica, y por aquellos que regentan la responsabilidad de computar y aplicar los presupuestos de nuestra ciudad y nuestra región, no habrán sido ajenos al devenir cotidiano, transcrito en los medios de comunicación, y que plasma el reflejo del juego político entre ambas administraciones.

Mientras la Junta de Comunidades que conduce Mª Dolores Cospedal desde su toma de posesión, hace juegos malabares por sacar de un atasco económico de dimensiones titánicas a nuestra región, el Ayuntamiento de Toledo esta prácticamente paralizado y sin proyecto propio, es decir, a ‘verlas venir’, como si la crisis fuera un trámite engorroso del que el equipo de gobierno municipal es ajeno.

Siendo un poco suspicaz yo diría y puede que esté aquí el intríngulis de este razonamiento, que el alcalde de Toledo se esté negando públicamente a reconocer el panorama económico de Castilla-La Mancha y por ende, a fingir que las razones que tiene el gobierno autonómico para no responder a las demandas financieras desde el consistorio toledano, son puramente políticas.

Pero esta simulación no me convence desde el momento en que nuestro alcalde ha sido ‘cocinero antes que fraile’ en la administración de Castilla-La Mancha,  y entiende y sabe que la ‘hucha’ de la Junta estaba rota y vacía cuando el Partido Popular tomó posesión de la misma. Como no ignoraba que había una demora de pagos en las Consejerías respectivas con un volumen de deuda que el gobierno socialista trató de ocultar durante casi tres años.

Es decir, que nos acostamos un 21 de junio de 2011 (aún con gobierno socialista en funciones) con una ‘contabilidad autonómica saneada’ y nos levantamos el día 22 de junio (fecha de la toma de posesión de Mª Dolores Cospedal) endeudados ‘hasta las cejas’.

Y a todo esto, un solo superviviente electoral en la trilogía territorial socialista: Emiliano García-Page,  que curiosamente había hecho dos campañas paralelas: la electoral como candidato a la alcaldía de Toledo y la política como aspirante a gobernar los destinos del partido socialista en Castilla-La Mancha.

Desde mayo de 2011 está obligado como alcalde a entenderse con dos administraciones gobernadas por el Partido Popular, a la sazón la Diputación de Toledo y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Aún así, durante el último año, el alcalde de Toledo no ha mostrado ni por casualidad la mínima intención de avenencia con ninguna de estas dos administraciones.

Más bien al contrario, desde el día después de las elecciones autonómicas y municipales, el Sr. García-Page está sufriendo un síndrome que desconozco sinceramente si esta clínicamente catalogado pero que se ha enquistado firmemente en su comportamiento a la hora de cumplir con su obligación de gobierno frente a dificultades municipales; llámense Casbega, remonte mecánico, colectores averiados e, incluso, despidos en Teletech. A la hora de dar una respuesta desde su responsabilidad como alcalde, dirige su mirada hostil hacia la Junta de Comunidades, haciéndole responsable de todo cuanto acontece en Toledo.

Me decidí a escribir sobre esto hace un par de semanas, cuando leí en un medio de comunicación las declaraciones que había realizado Emiliano García (pero no Page), versus presidente de la Asociación de Vecinos El Tajo, quejándose de la ausencia limpieza y atención en la zona verde de un parque ubicado en Santa María de Benquerencia.

A esta solicitud vecinal, la respuesta del primer edil fue que el terreno sobre el que se ubica dicho parque es de la Junta de Comunidades y que debe ser ésta quien cuide y limpie el citado espacio de recreo. Lo curioso es que en estas mismas declaraciones, el presidente de la asociación contestaba alto y claro que ese parque durante la legislatura pasada fue limpiado, regado y atendido por el mismo ayuntamiento y alcalde que tenemos en la actualidad y no se explicaba el cambio de criterio de estos últimos tiempos.

Esta actitud  de hostilidad y desvío de responsabilidad del primer edil de nuestra ciudad hacia la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, hoy gobernada por el Partido Popular, denota una voluntaria falta de reconocimiento al gobierno autonómico, y es más, lo que nos transmite a muchos es que no supera que sus amigos de partido (socialista) no ostentan ya el poder de nuestra autonomía.

No supera haber cortado con el ‘colegueo’ político en la Junta de Comunidades.

No supera que la Diputación de Toledo no sea una sucursal provincial del Ayuntamiento de Toledo.

No supera no estar acompañado de sus adláteres socialistas en las visitas institucionales.

Descolocado, frustrado y sin poder dejar de ser el alcalde de Toledo, aglutina toda su energía en arremeter contra Junta y Diputación para enturbiar su falta de respuesta a una ciudad que arrastra desde hace meses la negligencia de su gobierno.

En definitiva, después de 30 años de infinito poder socialista en Castilla-La Mancha, el Sr. García-Page se siente solo como alcalde, agobiado como responsable regional de su partido y sin tiempo para medrar sobre su anhelado futuro en Madrid y, por eso, culpa al Partido Popular de Castilla-La Mancha de no obtener al momento dinero contante y sonante para hacer fáciles y lucidos sus proyectos publicitarios en Toledo.

Los desagües y colectores se le quedan chicos. La limpieza y los mosquitos aún más chicos. Y los toledanos, aquellos sucesores de las tres culturas, gentes recias y trabajadoras, herederos de varias civilizaciones que merecen como mínimo una ciudad limpia, con unos servicios básicos en condiciones, éstos, diríase que al alcalde de Toledo también se le quedan pequeños».

Valle Arcos es concejala del PP en el Ayuntamiento de Toledo.

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