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jueves, 21 de noviembre de 2024
DEBATE DE LA MOCIÓN DE CENSURA - 15 junio 2017
Agustín Yanel Agustín Yanel

Lo mismo que ocurre en Crónica de una muerte anunciada, la universal novela de Gabriel García Márquez, lo de la moción de censura de Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy ha sido el fracaso anunciado de una votación. Se sabía que la moción no iba prosperar, por falta de votos, y así ha ocurrido. Pero dos días de debates en el Congreso de los Diputados, por muy pesados que hayan sido algunos prolongadísimos discursos, no han sido un fracaso ni para el líder de Podemos ni para el presidente del Gobierno.

Se puede discutir si Iglesias ha hecho bien o no al presentar una moción de censura sin haber hablado antes con otros grupos parlamentarios para conseguir sus votos; si fue demasiado extenso su primer discurso (casi tres horas en la primera intervención); si concretó poco su programa para gobernar…


¿Un nuevo Pablo Iglesias?

Se puede debatir casi todo, y habrá opiniones para todos los gustos. Pero hay algo indiscutible: la moción de censura ha servido para ver a un Pablo Iglesias más humilde de lo que era habitual en él, más moderado en las formas y que por primera vez ha hecho autocrítica y ha reconocido que cometió un error hace un año cuando él y su grupo votaron contra la investidura de Pedro Sánchez.

También es indicutible que Mariano Rajoy no ha perdido el debate, porque quien quería echarle de La Moncloa solo ha conseguido 82 votos a favor (de Unidos Podemos, ERC y Bildu), frente a 170 en contra (PP, Ciudadanos, UPN, Foro Asturias y Coalición Canaria) y 97 abstenciones PSOE, PDECaT, PNV y Nueva Canarias). Pero ese éxito en los votos ha ido acompañado de dos días de críticas generalizadas al PP que han hecho revolverse en los escaños a los diputados del PP, sobre todo mientras la portavoz de Podemos, Irene Montero, enumeraba uno a uno los casos de corrupción en los que están o han estado implicados dirigentes, ex dirigentes, cargos o ex cargos de ese partido: 65 casos citó en total, aunque algunos han sido archivados.

Ni el PP ni ningún partido político pueden soportar sin mella ese rosario de acusaciones de corrupción, que la ciudadanía conoce cada día por los medios de comunicación pero que, dichas en el Congreso de los Diputados una tras otra, reflejan toda la gravedad que tienen.

Un nuevo PSOE

Los dos días de debate de la moción de censura también han servido para ver que empieza asomarse a la vida política un nuevo PSOE, por lo visto decidido a ser de izquierdas de verdad -«Somos la izquierda» es el lema elegido para su 39 Congreso Federal-. Por lo que se ha escuchado en el Congreso a Pablo Iglesias y al portavoz provisional del grupo socialista, José Luis Ábalos, ambos partidos están dispuestos a abrir nuevas vías de diálogo y entendimiento, aunque mantienen posiciones totalmente distintas respecto al referéndum sobre la independencia de Cataluña.

Tras dos días de debate de la moción de censura se abren muchas incógnitas. ¿Podrá seguir gobernando Rajoy durante toda la legislatura con solo 134 diputados, aunque haya conseguido aprobar los Presupuestos Generales del Estado? ¿Será sincero el nuevo camino de posible entendimiento que parecen anunciar PSOE y Podemos? ¿Intentará Pedro Sánchez recabar apoyos suficientes para presentar otra moción de censura antes de fin de año, como le ha pedido Pablo Iglesias?

Solo el tiempo dirá si este debate ha sido un paso adelante para el entendimiento y posible colaboración de las fuerzas políticas de izquierdas o si, como también se ha dicho, se trata solamente de fuegos de artificio para mayor gloria de Pablo Iglesias, empeñado en arrebatar al PSOE el papel de líder de la oposición aunque sabe que, por número de diputados, no lo es.

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