Este fin de semana llegará a la localidad toledana de Gálvez una caravana de mujeres o, como la llama su organizador Carlos García, la “caravana del amor”. Carlos lleva año y medio trabajando en su asociación desde donde organiza este tipo de eventos. En total, ha puesto en marcha 10 caravanas y de ahí, aunque reconoce que la mayoría son ligues, surge alguna que otra pareja.
Encastillalamancha ha contactado con una de ellas, la formada por Juan y Aura, que se conocieron el 10 de marzo de 2011 y desde entonces están juntos. Se han ido conociendo, poco a poco, hasta que ella ha dado el paso y se ha ido a vivir con Juan, pero todo a su debido tiempo.
A sus 65 años, Juan Rubio Barriga, pastor en el municipio El Picazo (Cuenca), de unos 700 habitantes, está soltero, aunque ahora tiene pareja.
Juan, que es natural de la localidad conquense de Vara del Rey, nunca había participado en una «caravana de mujeres» y tampoco quería ir, pero al final se animó. Ahora, asegura que «la cosa ha ido muy bien». De hecho, él forma una de las pocas parejas que se van consolidando tras participar en una caravana.
Tras ese primer contacto, fueron quedando y quedando hasta que Aura, de 51 años, decidió irse a vivir con él.
TODA LA VIDA SOLTERO
Cuando tenía 17 ó 18 años, el éxodo llegó a su pueblo. Jóvenes, más mujeres que hombres, se fueron a la ciudad. Y con ello «quitaron el baile», donde se reunían los chicos y chicas del pueblo, y se tenían que ir a otros pueblos, aunque todos estaban algo escasos de mujeres.
«Creo que de aquella época hay muchos solteros en Castilla-La Mancha», comentaba Juan, quien prefirió quedarse en el pueblo porque «ganaba un buen sueldo» como pastor.
La familia le animó a marcharse a otras ciudades, como Valencia, pero «se ganaba menos». No había chicas, pero tenía mejor sueldo.
En los años 80 del siglo pasado, llegaron «las mujeres inmigrantes» y «pensamos que nos iban a tapar el hueco aquel de que no había mujeres», pero algunas «querían dinero, era por el interés y las veías venir», reconocía Juan.
Ahora, echando la vista atrás, no se arrepiente, pero tal vez «me equivoqué con no haberme ido», señalaba, porque «muchísima gente en las empresas hace ya 10 años, gente de mi edad, se jubiló…».
De la vida en familia, ha sido feliz con la que ha llevado, aunque tal vez echa en falta un hijo para dejarle todo por lo que ha trabajado.
Sin embargo, de momento «la cosa ha ido bien» tras su paso por la caravana porque vive con Aura.
«No es fácil» ligar en una caravana, aunque al final «tratas de hablar con alguna que te parece mejor» y, poco a poco… Así pasó en su caso.
De momento, la boda no está en mente y tampoco «me ha apetecido nunca». Así que de ceremonia aún no hablamos, aunque Juan reconoce estar muy bien con su pareja de la «caravana del amor».