La Unión de Pequeños Agricultores de Castilla-La Mancha ha lanzado un mensaje de atención sobre la situación límite de muchas explotaciones ganaderas de la región, que están en estado «de rescate urgente».
Así se ha expresado la secretaria general de UPA en Toledo, Elisa Fernández, en rueda de prensa en Talavera de la Reina, donde ha dicho que la sequía ha provocado un 33 por ciento menos de cosecha cereales de invierno, y, ante la escasez de pastos, los ganaderos deben recurrir a piensos, incrementando los gastos de producción.
Ha añadido que el coste de energía y de gasóleo ha escalado un 60 por ciento en los últimos dos años, poniendo en riesgo la viabilidad de las explotaciones agropecuarias.
Fernández ha dicho que el sector agrícola y ganadero «no sufre un problema por la crisis, sino de precios» y ha remarcado que llevan muchos años reivindicando precios justos por sus productos, y exigiendo una ley que «regule la cadena alimentaria» e impida por ejemplo que cobren por sus alimentos menos de lo que les cuesta producirlo.
Ha lamentado la responsable de UPA que sus propuestas «no obtienen ninguna respuesta», pues «estamos sin ley ni orden en el mercado» y ha puesto ejemplos como los 35 céntimos por kilo de melocotón que recibe el agricultor mientras se venden a dos euros en el mercado, o los 29 céntimos de media que se pagan por litro de leche.
José Blas, responsable regional del sector olivar de UPA, ha considerado que «hay una mafia» que ahoga al productor que en ocho años «ha perdido casi el 50 por ciento del valor del aceite» que en 2005 cobraba 3,5 euros por kilo y hoy percibe 1,90 euros.
Según Blas, los productores «somos los primos que asumimos todos los riesgos» y advierta que en Castilla-La Mancha «el sector del aceite se está desmantelando y va hacia abajo».