En marzo de 2011, dos meses antes de las elecciones autonómicas, un informe de Gerens Hill Internacional, empresa representante de la propiedad del nuevo hospital de Toledo, alertaba a la Junta de Comunidades que esta infraestructura no estaría concluida hasta mahyor de 2017, cinco años después de lo previsto.
Según publica el diario ABC Toledo, en ese mismo mes de marzo, el director gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, Ramón Gálvez, (organismo éste dependiente de la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha), aseguró públicamente que las obras iban «excelentemente» y que terminarían en el plazo previsto, es decir, en junio de 2012. Además, señaló que todos los edificios del complejo hospitalario estaban «practicamente» terminados, y que únicamente faltaba por hacer el área de laboratorios.
En dicho informe interno, al que ha tenido acceso ABC, se dice lo siguiente: «Según las estimaciones de Gerens Hill (planificación incluida en informe de escenarios de julio de 2008) actualizada a final de diciembre de 2010 retrasa la posible fecha de fin de proyecto hasta el día 14 de noviembre de 2013, incluida puesta en marcha. Este plazo se desplaza, retrasándose cada mes y las proyecciones basadas en las certificaciones de la obra real, nos indican fechas de finalización de noviembre de 2014, con certificaciones de 5 millones o mayo de 2017 con certificaciones de 3 millones, como las actuales».