Este jueves, a partir de las 20:00 horas, las calles de Pastrana (Guadalajara), herederas de las tres culturas que supieron convivir en la Villa Ducal, viajarán en el tiempo hasta el Renacimiento. El sonido característico de los vencejos sobrevolando la Plaza de la Hora, banda sonora del verano alcarreño, dará paso al pregón del XVI Festival Ducal. Será el IV Duque de Pastrana, Rodrigo de Silva y Mendoza, -responsable de que las dos magníficas series de tapices, probablemente los mejores de estilo flamenco que se conservan en España, llegaran a Pastrana hace ahora 350 años- quien dé el pregón que lo inaugure. Seguramente, el noble recordará con sus palabras aquel momento de junio de 1667.
Cuando salga a la balconada del Palacio de Covarrubias, serán cientos los pastraneros que luzcan sus trajes de época, magníficamente elaborados por ellos mismos, evocando así, con el mismo detalle que los tesoros arquitectónicos que conserva, el esplendor renacentista de la Villa Ducal. Judíos, moriscos y cristianos acudirán desde la Plaza de los Cuatro Caños hasta la de La Hora, para escuchar sus palabras.
A continuación, la escritora Almudena Arteaga, a los pies de ese mismo lugar, escenario de los gozos y las sombras de su antepasada, doña Ana de Mendoza y de la Cerda, recibirá el Premio Princesa de Éboli, que llegará así a su V edición. Además de ser uno de los ancestros de la literata, la gran dama de Pastrana es también responsable del giro que dio su vida. En 1997, hace ahora 20 años, Arteaga publicó su primera novela, que lleva por título precisamente «La Princesa de Éboli». El libro rescató del maltrato histórico y del olvido mediático a la persona y al personaje de Ana de Mendoza, algo fundamental para Pastrana por lo que ha significado en su promoción turística. Desde entonces la princesa es el icono turístico de la Villa Ducal y uno de sus personajes más queridos.
La programación del Festival Ducal está trufada de guiños culturales que se añaden a la diversión y al Mercado del Siglo de Oro. El primer día, el jueves, pertenece, por derecho propio, a la Princesa; en el segundo, el viernes, el grupo The Labyrinth of Voices recreará la música de un gran y desconocido polifonista, Pedro Fernández Buch, compositor muy en deuda con Pastrana, tanto por la conservación de su producción musical como por el redescubrimiento y divulgación de la misma, en la actualidad.
El director de este conjunto vocal e instrumental de música antigua, Miguel Angel G. Cañamero, explica que, desde el mismo año de su creación, 2014, The Labyrinth of Voices recupera la figura histórica y la música de este “compositor talentoso” hasta ahora muy poco conocido, el polifonista Pedro Fernández Buch, maestro de la Capilla Musical de la Catedral de Sigüenza entre los años 1608 y 1648, donde coincidió con Fray Pedro González de Mendoza en el periodo en el que el tercer hijo de los príncipes de Éboli fue obispo y señor de la Ciudad Mitrada.
En colaboración con el Festival Ducal, el viernes 14, esta agrupación interpretará la Misa de Requiem de Pedro Fernández Buch, rescatada en este caso del archivo de música de las Catedrales de Zaragoza, vinculando así la figura del músico con la de su obispo. El próximo viernes, Pastrana retrocederá pues a aquel 25 de junio de 1639, en el que Pastrana celebró las honras fúnebres. Dos días antes, había fallecido el obispo, Pedro González de Mendoza. Su cuerpo fue trasladado hasta Pastrana, teniendo lugar un funeral grandilocuente, al más puro estilo del Renacimiento, como la gran personalidad de la época que fue. Este tipo de cortejos fúnebres, con ceremonias fastuosas, incluidas arquitecturas ficticias dentro de las iglesias, se pusieron de moda tras la muerte de Felipe II.