Guadalajara, una ciudad en auge bañada por el río Henares y seductora para el visitante… Y hablando de seducción y turismo, si no se nombra al Palacio del Infantado, para quien lleva el bastón de mando en la ciudad, Antonio Román, “sería casi un pecado”. Es su recomendación a los lectores de “En Verano, Castilla-La Mancha” que visiten esta ciudad, junto con la iglesia de Santiago, delante de cuya fachada posa el alcalde.
[ze_summary text=»La fusión de estilos hace del Palacio un lugar singular que alcanza su culmen con los leones, los arcos y los grifos del patio»]La fusión de estilos hace del Palacio un lugar singular que alcanza su culmen con los leones, los arcos y los grifos del patio[/ze_summary]
Santo y seña de Guadalajara, el Palacio del Infantado es una obra majestuosa, entre la que destaca “el incomparable Patio de los Leones”. Román está convencido de que es “una joya” de la ciudad y por esta razón invita “a todos los turistas a visitarlo”. Diseñado por Juan Guas en el siglo XV para ser la residencia de los Mendoza, los duques del Infantado, destaca su grandilocuencia arquitectónica y sus retazos de historia, ya que fue sede de una boda real. “Felipe II e Isabel de Valois contrajeron matrimonio aquí”, indica. El rey del imperio en el que nunca se ponía el sol se casó de terceras nupcias en el Patio de los Leones.
La “fusión de estilos” hace del Palacio un lugar “singular” que alcanza su culmen con los “leones, los arcos y los grifos” representados en su solemne patio. El “reconocimiento” a su “belleza” se alcanzó con la candidatura a convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El emblemático edificio es hoy piedra angular del ecosistema cultural de Guadalajara.
Muy cerca del Palacio del Infantado encontraremos la iglesia de Santiago, joya del siglo XIV, cuyo interior gótico mudéjar guarda dos capillas una de ellas plateresca y probablemente trazada por Alfonso de Covarrubias, además de la tumba del caballero de Santiago Juan de Zúñiga.
Para comer… Unos bizcochos borrachos
Hay un dulce en Guadalajara que es la referencia de la repostería de la ciudad. Aunque su alcalde no es “muy goloso”, quiere resaltar “la tradición” de la ciudad en la elaboración de dulces y sobre todo de “los bizcochos borrachos”.
[ze_summary text=»Reconocido de puertas afuera, el bizcocho borracho les hará repetir»]