Las murallas del Charcón, en Talavera, ya tienen vida propia. Y así lo reconoce el alcalde de la ciudad, Jaime Ramos, quien ha elegido este lugar “porque es la última parte del recinto amurallado que hemos estado recuperando, que estaba muy deteriorado y que ahora ha retomado vida. El penúltimo que nos queda justo para cuando podamos rehabilitar el siguiente, dejar cerrado lo que es el primero y ponerlo en valor… Unas murallas de Talavera que son bastante desconocidas, únicas en España y es un estado de conservación absolutamente sorprendente. De hecho, la gente cuando viene nos dice que estas murallas son las grandes desconocidas”.

Recibe el nombre “porque cerca de aquí estaba el arroyo de la Portiña y justo en esta zona se formaba un gran charco (de ahí lo de Charcón)”.

También opta por mostrar el denominado “Mural de los Pescadores”, justo frente al río Tajo, “que se hizo por suscripción popular y va a marcar, y mucho, el futuro de Talavera. Porque a raíz de este mural se nos ocurrió la idea de implicar a empresas y patrocinadores para hacer la ruta de los murales de la cerámica de Talavera”.

El de los pescadores es el primero, ya hecho; “el segundo lo está haciendo Antonio García Cerro, el tercero también se está realizando y el cuarto saldrá a concurso próximamente. Lo que pretendemos es hacer algo que nos distinga de todas las ciudades: la ruta de los murales de cerámica”.

Para comer, Ramos elige un clásico talaverano, el bocadillo de calamares

Y para echarse un tentempié, un clásico entre los clásicos de Talavera: el bocadillo de calamares de La Madrileña, en la Corredera del Cristo. Que seguro que han probado la mayor parte de los talaveranos porque llevan sirvióndolos desde hace años. Pues Jaime Ramos se ha retrotraído a ese bollo de pan lleno de calamares rebozados que invitaba a comer uno, otro…