Cuenca, la mezcla perfecta entre naturaleza e historia. Con un casco antiguo erigido entre dos imponentes hoces, la del Júcar y la del Huécar. Y en este magnífico entorno se ubica el lugar preferido de la provincia de un conquense muy vinculado con el arte. Él es Jesús Carrascosa, viceconsejero de Cultura de Castilla-La Mancha, y el espectacular sitio es la Fundación Antonio Pérez.
La Fundación Antonio Pérez es una referencia en el mundo del arte
No ha tenido mal ojo. No solo porque haya dirigido la fundación durante 18 años y fuese precursor y fundador junto con el propio Antonio Pérez, sino porque es una referencia en el mundo del arte. «Es un sitio mágico que encierra lo que es Cuenca. Edificios laberínticos colgados sobre las hoces, unas vistas maravillosas combinadas con el arte contemporáneo, que es lo que hizo de la ciudad que es hoy».
Un espacio plagado de «alicientes». Tanto «la obra» que alberga como «el edificio tan bonito con el paisaje espectacular de la hoz del Huécar… Y hay tantas anécdotas con Antonio…» El artista que le dio nombre ha hecho a mucha gente cambiar «la mirada» con la que aprecian el arte.
Un referente internacional del arte contemporáneo que no ha dejado indiferente a nadie. El Nobel José Saramago le dijo al propio Pérez: «Antonio, ¡qué pasada de fundación!». Entre el anecdotario que recuerda el viceconsejero entran en acción Bono, el Corazón de Jesús y el muñeco Michelín. Pérez, cuenta Carrascosa, dijo el día de la inauguración de la fundación que había cumplido su «sueño democrático», que era que el muñeco de Michelín que hay en la fundación se saludase con un emblema de la ciudad, el Corazón de Jesús que luce en lo alto del Cerro del Socorro. José Bono no lo dudó y le dijo al genial artista: «Me quedo con el Corazón de Jesús».
Alfredo Alcaín, Rafael Canogar, Aníbal Merlo, Diego Moya, Fernando Verdugo y Manolo Millares… Muchos son los importantes artistas que han cedido desinteresadamente sus obras a la Fundación Antonio Pérez, hasta contar con más de 3.000 obras donadas desde su creación para hacer de este espacio museístico uno de los rincones más icónicos de Cuenca.
Para comer… Morteruelo, torrijas… los manjares de la gastronomía conquense
La cocina conquense es muy rica en cuanto a platos típicos. Pero Carrascosa confiesa que uno de sus «preferidos es el morteruelo». No solo porque «sea típico, sino porque me encanta el morteruelo bueno, me parece maravilloso».
Pero también hay un dulce típico que le apasiona, «las torrijas». Le gustan más «las de leche, mi madre hacía de vino y de leche, y había división de opiniones». No se olvida de otros manjares de la gastronomía conquense como la «perdiz escabechada, el gazpacho pastor, el asadillo, la pelechana o las migas con uva». Una cocina «barata, con productos accesibles, pero de muy buena calidad».