Abraham García Aliaga, el nuevo míster del Toledo, atiende a encastillalamanchaes antes de un entrenamiento, en un radiante día de trabajo recién estrenado. Ex responsable de los chavalines del Madrid y el Atleti, asume su tercer asalto al mundo más profesional del fútbol en un club vinculado futbolísticamente, por la cercanía geográfica, a la capital de España.
Hombre de fútbol cien por cien que empezó en los banquillos a los 15 años -nada más y nada menos-, corpulento, simpático, accesible, tiene un aire a Rafa Benítez. Le acerca también que pasó por el Madrid y su absoluto apego al mundo del balón. En guardia en un principio con las preguntas irreverentes, se explaya y airea con las deportivas.
Debe saber mucho del mundo secreto del fútbol quien ha sido el «niñero» de nombres como el de Fernando Torres, Esteban Granero y otros muchos.
Su paso por el Madrid le ha hecho conocer a Vicente del Bosque; a pesar de su discreción, admite que lo que hicieron en el Madrid fue injusto.
¿Con qué duerme? «Con lo más bonito que hay en el mundo… mi mujer», responde sin dudar.
¿El tamaño? «Depende de para qué». ¿En el sexo? «Importa el amor, sobre todo», apostilla.
Le apasiona el fútbol. Debe ser el caso de entrenador más longevo en la historia de este deporte: comenzó a los 15 años, pero se tomó un año sabático tras afanarse con el colchón rojiblanco y le sentó de maravilla. Adelgazó 50 kilos, se dedicó a su otra pasión, el triatlón, y disfrutó de un nirvana a que le llevó alejarse de la locura del balón.
Madrileño, 38 años, su perfil se adecúa al triunfo en el mundo del esférico. Ojalá el Toledo le aúpe, para suerte del propio club, como lo hizo con los Goyos Manzanos, Unay Emerys, Sebastianes Losadas, Víctores y tantos otros…
¿Habría echado usted a Luis Milla? (ex seleccionador olímpico, cesado tras los Juegos de Londres).
Tenéis costumbre de hacer preguntas que no le corresponden a uno. Como compañero nunca destituiría a ningún entrenador, pero creo que los dirigentes, cuando lo hacen, tendrán sus motivos, que no los conozco. Si los conociera podría decir que sí, que me han convencido, pero como premisa no despediría a ningún entrenador, y en el caso de Milla, hizo cuatro años buenos. Alomejor la cosa no ha sido solo de los Juegos Olímpicos, sino que iba torcida, pero no conozco el caso.
¿Sería un fracaso si el Toledo no lograse el ascenso?
No, un fracaso es no intentarlo. Al final son muchos los condicionantes y parcelas que hay que manejar. No va a quedar en cuanto a las que me competen a mí, espero que por parte de los jugadores tampoco. Hay que intentarlo con fuerza y si todos dan el máximo, alomejor lo conseguimos.
¿No dimitiría pues si no se cumpliese el objetivo?
¿Yo?
Sí.
Alguna vez lo he pensado si dimitiría de algún sitio. Tengo una gran capacidad de trabajo, soy de los que se entrega a muerte. Soy perseverante, lucho por lo que quiero y lo suelo conseguir, además.
¿Haría alguna promesa de estar cerca de lograr el ascenso?
Me gustaría compartirlo con todas las personas que sientan el Toledo de cerca, que lo vean su equipo y como parte de sus vidas, o sea con los aficionados, con gente que es de aquí y se alegra con el Toledo.
¿Cómo explica un hombre de fútbol como usted el despido en su día de Vicente Del Bosque como entrenador del Madrid?
Yo a Vicente le conozco personalmente. Los motivos que se esgrimieron, los que salieron a la luz… por eso digo que hay que conocer las cosas por dentro, no es tan fácil. Me dolió, pero la vida le dio una oportunidad y hasta mejor. Ha demostrado que es un gran director de grupos, un gran conductor de personas y un seleccionador excepcional.
¿Tiene alguna esperanza de llegar a la élite del fútbol?
He ido por fases. Comencé muy joven. Las cosas me han ido muy bien. He logrado títulos en el fútbol base. He entrenado en el Madrid, en el Atleti, he ganado campeonatos de España sub-16, sub-19, pero me quedo con la relación con los futbolistas y con que a algunos les he acompañado en el camino para estar en la élite. Ese ha sido mi mayor logro como formador. Ya llevo unos años de profesional, viviendo la realidad. Yo ya sabía que no era fácil. He estado quizá en un cuento de hadas, pero ahora lucho duramente, ojalá lo logre con el Toledo o con otro equipo. Estoy sacrificando muchas cosas para ello.
¿Está contento con el equipo que tiene?
En líneas generales estoy feliz. Todo es susceptible de mejora. Corren tiempos difíciles y así habrá que explicárselo a la gente. Tenemos la plantilla que es la que es. Antes se doblaban dos jugadores por puesto, y hoy es imposible. Debemos tirar de chicos y va a ser difícil. A falta de medios, doble de ilusión o triple.
¿Qué falta?
La incorporación de un jugador seguro, que el campo esté un poco mejor, que la gente se enganche…
¿Cómo se lleva con Txema Indias (el secretario técnico), bien, mal o regular?
Muy bien. Es parecido a mí. Es una persona trabajadora, conocedora y que tiene muchas ganas.
¿Hace falta mano dura en el vestuario?
Sí, sí. Hay que exigir a las personas para que den su máximo rendimiento, si no nos acomodamos, y más en este país, que se vive fenomenalmente.
¿Qué es más importante, el entrenador o los jugadores?
Los jugadores, por supuesto. Mucho más. El entrenador los estropea.
¿Le han impuesto alguna vez una alineación?
He pasado momentos un poco tal… pero soy duro de pelar. Se me nota en la cara rápidamente que en ese momento se me ha encontrado. Tuve alguna experiencia, ya que te pueden llegar por muchos lados, pero normalmente siempre hago lo que quiero.
¿Se ve alguna vez harto del fútbol?
Hace un tiempo. Empecé con 15 años, tenía 35. Terminé mi contrato con el Atleti y me tomé un año que, según mi mujer, fue el mejor de mi vida. Adelgacé 50 kilos, hice ironman, me dediqué al triatlon, reflexioné, salí de la burbuja equivocada en que te mete el fútbol. Ahora creo que ya diferencio… Tener hijos… algo ocurre que te cambia la perspectiva.
¿Está de acuerdo con la pena de muerte?
No.
¿Por qué?
El hombre puede cometer errores y esa no es la mejor manera de solucionarlos.
¿Milita en algún partido político, ONG o asociación?
Eso es privado… Sí, en una ONG.
Imagine que no tiene trabajo ni prestación. ¿Qué estaría dispuesto a hacer para comer?
Trabajar. Buscaría trabajo. Creo que soy una persona que busca donde no hay, que es perseverante, y al final conseguiría trabajo, seguro.
¿Prohibiría la prostitución?
Es que eso no me corresponde a mí responderlo, sino a la gente que manda. Yo tengo bastante con lo mío. Hay otros que tienen que solucionar esos problemas, no yo.
¿Cuál fue su primer sueldo y en qué se lo gastó?
En mi colegio, donde estudiaba y a la vez entrenaba, y supongo que me lo gastaría con los amigos.
¿Con qué duerme? En el caso de que duerma con algo, claro.
Duermo con lo más bonito que hay en el mundo, que es mi mujer.
¿Qué libro está leyendo?
Leo libros de fútbol, sobre todo. Ahora me he encontrado uno que un entrenador de Madrid… de tácticas, leo cosas técnicas, cuando tengo un rato. Tuve mellizos hace un año y es complicado sacar tiempo.
¿Frecuenta la lectura de periodismo deportivo?
Sí, sobre la Selección. Ojeo artículos, pero soy más de Internet, leer artítulos, blogs, porque no tengo mucho tiempo. Todo cosas técnicas porque creo que me pueden ayudar. Yo, además de ser entrenador, tengo una empresa de actividades deportivas, con lo que en verano estoy a muerte y el resto del año no tengo tiempo.
¿En qué película le hubiera gustado actuar?
(Se toma su tiempo para pensárselo, se lo piensa bien antes de contestar).
No sé… ¿»Resacón en Las Vegas»?
¿Cuál ha sido su mayor travesura?
No he sido muy travieso. He sido más de acompañar a los que llevan la voz cantante. No se me ocurrían cosas porque no tengo mucho ingenio en ese sentido.
¿Qué programas del corazón ve?
Desgraciadamente, cuando no tengo la cabeza muy lúcida, alguno de estos de por la tarde me ha hecho compañía, pero llevo un año y medio sin ver ni uno.
¿Cuál es la peor multa que le han puesto y por qué?
Creo que fueron 300 euros por velocidad.
Se puede definir: ¿De izquierdas, derechas o centro?
No, porque no me puedo definir. Soy «agitador», como me califica un amigo mío. Tengo amigos que sí se definen mucho y les «pego», una mujer que se define mucho y le «meto» también, o sea que me gusta «agitar». No me defino por uno u otro lado. Me gusta darle a cada uno por donde le duele. Me gusta ser independiente, hay cosas que me gustan, otras que no y prefiero no emitir una opinión.
¿Cree que el tamaño importa?
Depende de para qué. Para unas cosas sí y para otras, no.
En el sexo.
Importa el amor, sobre todo.
¿Es el juego del parchís una cosa de hombres? Se lo digo porque generalmente nos comemos una y contamos 20…
Hay rasgos de la personalidad que están definidos según el género. Los hombres sí que somos fantasmas en algunas cosas y las mujeres son más realistas, pero en mi caso particular no me considero un fanfarrón.
¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?
¿El lugar más raro? No, soy muy tradicional en ese sentido. O sea que no hay lugares raros.