El palista talaverano Paco Cubelos, diploma olímpico en los últimos Juegos en K-1 1000m, comienza a bajar de la nube a que le ha llevado, muy alto, su notable actuación en Londres, dada su juventud, 19 años, y que se estrenaba en la cita más importante.
En un adelanto de la entrevista que encastillalamanchaes publica íntegramente el próximo lunes, este joven proyecto de campeón no tiene pelos en ninguno de sus remos para sumarse a la alerta ecologista y social por el estado del Tajo, alarmantemente grave.
Al respecto, a pesar de que él entrena en Madrid y de que en el entorno de la sede del club Talak -el suyo-, han hecho un «apaño» para mejorar las condiciones de los piragüistas, Cubelos pinta un retrato tenebroso del estado del Tajo, una pena de río en el que sus compañeros más pequeños deben apañárselas a duras penas para remar. «Estamos luchando por tener un río decente en Talavera porque lo que tenemos no es un río», se puede leer en la entrevista del lunes.
También reconoce que, pasados los Juegos, el piragüismo volverá a su ser, la modesta actualidad, aunque en el fondo espera que eso cambie. Él vive modestamente de lo que le gusta, remar, pero porque vive y estudia becado por el Clamo (Programa Castilla-La Mancha Olímpica) en la Fundación Joaquín Blume de Madrid, a pesar de lo cual aún tiene que rascarse el bolsillo para más de un viaje y estancia. «En los deportes minoritarios, muchas veces se gasta más de lo que se ingresa», se podrá leer también.
El menor de la saga de los Cubelos está abrumado ante tanto agasajo de su tierra, Talavera. ¿Qué hubiera pasado de colgarse una medalla? Su sonrisa atraviesa el cable telefónico, tanto como cuando se le espeta que si sueña con suceder a David Cal en la máxima gloria olímpica española: «Si ya cuesta ganar una medalla, imagínate cinco…», responde este joven cuyo nombre ya le suena a casi todo el mundo.
Paco Cubelos -seguimos con el adelanto de la entrevista que este diario publica el lunes- ha tenido tiempo para alternar en Londres con sus compañeros olímpicos, sobre todos los de los deportes acuáticos. Así, se ha codeado con los Craviotto, Cal, las chicas del waterpolo y del balonmano… De todos ellos dice que son grandes deportistas y mejores personas, no en vano le trataron como a uno más aun su extrema juventud. Por ello, revela que no le aconsejaron: «Cada uno tiene su forma de trabajar y sabe cómo hacer las cosas», dice.
El diploma olímpico no tiene pelos en la lengua. Sabe que la crisis azota y más a los deportes minoritarios. Por eso solo piensa en seguir aprovechando su buena estrella mientras se prepara, estudiando, para cuando «no pueda vivir del piragüismo».
Paco Cubelos: uno de esos jóvenes campeones cuyos grandes comienzos aventuran carreras largas y exitosas. ¿Quién sabe si no estamos ante el digno sucesor del gran David Cal?