lunes, 25 de noviembre de 2024
El verano de su vida 24/08/2012junio 13th, 2017

No guarda un recuerdo especial por ningún verano en concreto, pero todos han significado un paso adelante en su vida. La coordinadora provincial de Sanidad en Toledo y ex concejal del Ayuntamiento de la capital regional, María José Rivas, dice que para ella, durante las vacaciones, es imprescindible permanecer varios días ligada al agua del mar y a las olas.

Sus primeras experiencias veraniegas tuvieron lugar en el pueblo de Ciudad Real que la vio nacer, Torre de Juan Abad. «Luchábamos contra el calor bañándonos en las albercas del campo», comenta.


El ruido de las chicharras, las vacaciones escolares y el olor a vino en septiembre por culpa de la vendimia se agolpan en su memoria. Cuenta con ilusión el descubrimiento hecho por su familia de las Lagunas de Ruidera cuando el paraje no era tan conocido como lo es hoy.

«Todos los fines de semana nos llevaba mi padre y siempre ocupábamos el mismo sitio, ¡teníamos un árbol para nosotros y todo!», dice con cierta nostalgia. Afirma que uno de sus entretenimientos favoritos en el agua de aquel asombroso lugar era ir nadando hacia el sol durante el atardecer.

Tiene gratas experiencias en la retina gracias al viaje de fin curso que hizo cuando finalizó sus estudios de Medicina. Barcelona, Génova e impresionantes excursiones por Grecia y Yugoslavia forman parte de uno de los veranos más especiales de su vida.

«De aquel periplo aún recuerdo cómo me impacto la pobreza de Grecia frente al prometedor desarrollo que presentaba Yugoslavia, y mira cómo ha cambiando la historia», afirma mientras se deja llevar por los recuerdos.

Ahora, pasados aquellos años de la infancia y de la adolescencia, Rivas liga sus veranos a los cinco hijos que tiene. «Hemos pasado temporadas muy bonitas en la playa del Aguilar, en Asturias». En aquella inmensa playa se dejaba llevar por los pensamientos a la vez que tenía el cuidado propio de una madre para que ninguno de los pequeños se perdiera.

«Me pongo a pensar en aquellos años y lo recuerdo como una etapa muy tranquila de mi vida, me había convertido en una persona madura y me gustaba ese tipo de veraneo», confiesa la edil.

«Si algún verano decido perderme lo haré por el valle de Ordesa, en los Pirineos». Y es que la montaña es otra de sus grandes pasiones.

A lo largo de su vida, María José Rivas ha ido a numerosos sitios de vacaciones y la experiencia del camping ha sido aliada de toda su familia. Tanto le gusta dormir en tienda de campaña que durante el embarazo de una de sus hijas repitió la experiencia.

«Estaba embarazada de ocho meses y mis compañeros de trabajo me habían dado un pequeño paquete de ginecología para que no me faltara de nada si me ponía de parto», revela entre risas. Su hija nació en el hospital y no en el campamento.

Dice que el verano es la estación del año en la que se siente más cómoda porque es capaz de vencer al calor, mientras que con el frío no puede hacerse por mucho que se abrigue. Desde que ocupa un cargo público dedica sus veranos a descansar, aunque siempre se va de vacaciones dejando varios asuntos arreglados para que su ausencia se note lo menos posible. A día de hoy sigue disfrutando por la playa y acude al mar junto a alguno de sus hijos, pero vuelve para estar en Toledo durante las fiestas de la Virgen del Sagrario.

Para refrescarse durante estos calurosos días elige la piscina de su casa, lugar al que acuden con frecuencia tanto amigos de toda la vida como compañeros de trabajo. Le gusta compartir largas conversaciones con gente alrededor de su mesa y mantel porque se confiesa amiga de sus amigos.

Es de las que piensa que durante las vacaciones hay que desconectar totalmente, aunque en más de una ocasión permanece pendiente del trabajo.

Para los meses de julio y agosto de años próximos no descarta volver a viajar a Méjico, país al que ha ido varias veces para visitar a su hijo y a su única nieta.

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