Los orígenes de los toledanos se remontan 2.500 años antes de nacimiento de Cristo y para conocerlos mejor, el Consorcio de Toledo impulsa una ruta guiada por el Cerro del Bú, que organiza el Ayuntamiento de la ciudad en colaboración con otras instituciones con motivo del 30 Aniversario de Toledo como ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Se trata de una jornada de puertas abiertas, totalmente gratuita, y que se enmarca dentro de las rutas «Patrimonio Desconocido». La ruta se iniciará en la iglesia de San Sebastian, pasará por los Baños de Tenerías, la Torre del Hierro y se accederá al yacimiento arqueológico por la Barca del Pasaje cruzando el río.

Las visitas estarán conducidas por un guía y las formarán grupos de 12 personas en un horario de 10 a 14 horas y de 17 a 19 horas. El recorrido durará entre 45 minutos y una hora y, a modo de consejo, desde el Ayuntamiento de Toledo informan en una nota de prensa que es preferible asistir con ropa cómoda y calzado adecuado para andar.

De la prehistoria a los vestigios islámicos

El yacimiento está ubicado entre el arroyo de la Degollada y el río Tajo. De él, hay dos fases que tienen una mayor importancia histórica. Una se remonta a 2.500 a.c., en la Edad de Bronce de la prehistoria. La segunda ya es en la edad media, en la época islámica. En el año 930 se relaciona el asentamiento con el asedio de Abderraman III a la ciudad de Toledo.

El propio cerro no será el único lugar donde se podrán vislumbrar los vestigios islámicos de la ruta. De hecho, esta se inicia en una antigua mezquita, que ahora es la iglesia de San Sebastián. Ubicada en el barrio de Curtidores, la intervención integral que acometió el Consorcio confirmó que en una primera construcción se trataba de un tempo de culto del Islam.

Pasando por más legados islámicos de Toledo, también se visitarán los baños islámicos de Tenerías, de época musulmana. Al igual que la Torre del Hierro, que en su origen formaba parte de la Puerta de Adabaquín o del Hierro.

Después se conocerá la barca del pasaje, reabierta recientemente. En la actualidad solo funciona una barca cuando en el siglo XVII había hasta seis embarcaciones disponibles, las cuales estaban numeradas para poder prevenir la epidemia de la peste. El último paso de la ruta será acceder andando hasta el propio Cerro del Bú.