El secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, se reúne mañana con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, un encuentro al que había previsto acudir como vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, pero en el que finalmente estará en su calidad de líder regional del partido de Pablo Iglesias.
La cita está prevista a las 12.30 y como tema de la agenda está hablar sobre la defensa de la democracia y las libertades y luego hacer declaraciones a los medios de comunicación.
Al conocer el Ejecutivo autonómico las intenciones de su socio, este fue avisado claramente de que no podía acudir como vicepresidente segundo a un encuentro que el Gobierno no comparte. Asimismo, fue advertido de que si realizaba declaraciones como miembro del Ejecutivo castellano-manchego sería desautorizado de inmediato por sus responsables.
Poco después las previsiones iniciales que Podemos había remitido se cambiaron para sustituir en la convocatoria el rango con el que García Molina acude a esa reunión, de la que no informó previamente ni al presidente de la Junta, Emiliano García-Page; ni al vicepresidente primero, José Luis Martínez Guijarro.
Es de sobra conocida la postura contraría al 1-O tanto del Gobierno de CLM como de su presidente y de los PSOE castellano-manchego, que siempre se ha manifestado contra las aspiraciones nacionalistas.
García Molina, vicepresidente segundo y el Gobierno saca los Presupuestos
García Molina tomó posesión como vicepresidente segundo de la Junta el 10 de agosto. Con su entrada y la de la consejera Inmaculada Herranz, también de Podemos, se cerraba la crisis abierta el 7 de abril cuando, a instancias de Molina, Podemos votó que no a los Presupuestos de 2017, previamente pactados con el PSOE y el Gobierno Page.
El acuerdo que resolvió la crisis presupuestaria incluía la entrada de Podemos en el Ejecutivo, con una vicepresidencia segunda para García Molina y una Consejería, además de la aprobación de los Presupuestos de 2017 el 31 de agosto y los de 2018 a finales de año.
Apenas un mes después ya se ha desencadenado la primera tormenta política, que en medios socialistas se atribuye más a una estrategia de Pablo Iglesias que a los intereses de Podemos en Castilla-La Mancha.