Ante la situación de «emergencia desde mayo de 2017», la Red Ciudadana por una Nueva Cultura del Agua en el Tajo/Tejo y sus ríos ha acusado al Gobierno de España de haber «actuado ilegal y temerariamente al autorizar el trasvase de casi 2 hectómetros cúbicos». Sobre todo culpa a la directora general del Agua del Gobierno de Rajoy, Liana Ardiles, quien según indican en un comunicado de prensa «obligó» a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) a realizar «un nuevo trasvase desde los casi vacíos embalses del Tajo hacia el Segura».
Porque en el último recuento de los embalses apenas llegaban al 9,5 por 100 con apenas 234 hectómetros, muy lejos de los 400 por los que deja de ser legal el mínimo para trasvasar agua al Levante. Además, recuerda que pese a las «informaciones confusas e incompletas» el agua que se marchó el pasado fin de semana se puede deber a la venta de derechos de agua de regantes Estremera a regantes del Scrats, y por eso también reprochan que, «como es habitual, no ha trascendido información pública alguna ni, por supuesto, posibilidad de alegación por parte de la ciudadanía ribereña de la saqueada cuenca del Tajo».
[ze_summary text=»Se aprovechó la atención puesta en el referéndum de Cataluña»]Se aprovechó la atención puesta en el referéndum de Cataluña[/ze_summary]
Y avisan: «Por tanto, está latente la amenaza de nuevos envíos desde los exhaustos embalses de Entrepeñas y Buendía por el canal del trasvase hasta completar los 8 hectómetros supuestamente autorizados, ya que en las 25 horas que duró la operación se han trasvasado sólo 2 hectómetros cúbicos, seguramente debido al revuelo en redes sociales y medios de comunicación tras la alerta de algunos colectivos de la Red del Tajo, neutralizando así los efectos de la nocturnidad y cobardía con la que se aprovechó la atención puesta en el referéndum de Cataluña».
[ze_summary text=» La cabecera del Tajo esquilmada hasta el punto de que lo que se está trasvasando ya es una mezcla de agua y cieno»] La cabecera del Tajo esquilmada hasta el punto de que lo que se está trasvasando ya es una mezcla de agua y cieno[/ze_summary]En este sentido, reprochan la «maraña legislativa e inseguridad jurídica en que se envuelve el oscurantismo alrededor de la gestión del Tajo, y más concretamente en relación al trasvase Tajo-Segura, ha sido usada una vez más como escudo para tan ilegal e insolidaria decisión, estando la cabecera del Tajo esquilmada hasta el punto de que lo que se está trasvasando ya es una mezcla de agua y cieno del fondo de unos embalses vaciados de forma brutal e insostenible, con la falaz excusa de que el agua que se trasvasa -sobra-. A pesar del juego de palabras por el que a este trasvase la Dirección General del Agua no lo considera como tal sino como cesión de derechos entre particulares, lo cierto es que para hacerlo efectivo se ha sacado agua de los embalses de la cabecera del Tajo y se ha derivado al Segura, alterando las reglas de explotación, que no permiten en ningún caso envíos de agua por debajo del nivel 4 o emergencia, en el que están Entrepeñas y Buendía desde mayo de 2017, precisamente por causa de la sobreexplotación del trasvase«.
Por la actuación de Ardiles, tanto ellos como otros colectivos están valorando si los ponen en manos de la Fiscalía por si pudiese constituir un delito ante la delicada situación en la cabecera.
Y en último lugar «con su papel en la gestación y desarrollo del nefasto Memorándun del Tajo del que derivan unas reglas de explotación leoninas e insostenibles para el Tajo, la supresión práctica de las competencias de la Confederación Hidrográfica del Tajo en la gestión y planificación de sus embalses de cabecera (que suponen casi la cuarta parte de la regulación de toda la cuenca), la autorización temeraria de ventas de aguas al Segura en momentos críticos para el Tajo, su oscurantismo en la toma de decisiones y sus denegaciones sistemáticas de información, la directora general del Agua ha demostrado sobradamente su absoluto desprecio a los ciudadanos y usuarios de la cuenca del Tajo, y al río principal de esta cuenca, su absoluta parcialidad a favor únicamente de los intereses trasvasistas y su incapacidad para seguir al frente de la Dirección General del Agua tras el crítico estado al que su atroz y miope gestión ha llevado a los embalses de Entrepeñas y Buendía y al río Tajo. Mientras tanto, colectivos y particulares comprometidos con los ríos, como los de la Red del Tajo, seguiremos trabajando por devolver al río Tajo y su cuenca, la dignidad que la directora general del Agua, Liana Ardiles, y sus mandados en el Ministerio y la Confederación Hidrográfica del Tajo, le han arrebatado».