El diestro Iván Fandiño cortó dos orejas en la corrida celebrada hoy en esta plaza, en la que también obtuvo un trofeo el mexicano Diego Silveti.
FICHA DEL FESTEJO: Toros de Mollalta, bien presentados y de juego variado. Flojos y descastados primero y segundo; bueno el tercero; inválido el cuarto; manejable en la muleta el quinto, y reservón y complicado el sexto.
Juan Bautista, silencio y ovación.
Iván Fandiño, oreja y oreja con aviso.
Diego Silveti: Oreja y ovación.
La plaza tuvo un tercio de entrada.
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FIRMEZA Y CLASICISMO DE FANDIÑO
Corrida bien presentada de Mollalta, de procedencia Torrealta, la lidiada en Daimiel, antiguo feudo torista ciudarrealeño, si bien no derrochó la fuerza necesaria para propiciar el toreo moderno.
La corrida supuso un nuevo golpe de Iván Fandiño, que sigue a lo suyo; es decir, torear con los pies clavados y tirar de los toros a la manera clásica. En su primero, un toro que careció tanto de raza como de fuerza, destacaron algunos naturales, mientras que el mérito en su segunda faena radicó en mantener en pie a un toro que se dio dos volteretas durante los primeros tercios.
Sin embargo el de Mollalta tuvo la casta suficiente para mantenerse y embestir con clase a una muleta templada que siempre le ofreció el torero vasco, en un trasteo de menos a más muy bien rematado con la espada.
Silveti protagonizó una faena de mucho querer en el tercero de la tarde, el mejor del encierro, mientras que en el que cerró plaza, un ejemplar reservón y no fácil, el mexicano no acertó a darle la lidia apropiada, abundando los tirones, las brusquedades y las indecisiones.
Bautista anduvo fácil en el que abrió plaza, instrumentando una faena periférica que careció de ritmo, y nada pudo hacer con el inválido cuarto.