El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha advertido hoy que siempre va a apoyar la respuesta constitucional de las instituciones del Estado al problema del independentismo en Cataluña, «pero aviso de dos cosas: una, este debate (el catalán) no puede terminar cambiando sentimientos por dinero, que quede muy claro, porque si alguien desde Cataluña quiere poner precio al sentimiento, aquí tenemos tanto o más. Si lo quieren solucionar como un mercado, mercado somos todos; y dos, esto no puede obviar que sigue habiendo vida y muchos problemas; que sí, que hablamos de Cataluña pero mientras el Gobierno de España sigue autorizando trasvases. Y no se puede descuidar el problema diario».
Lo ha afirmado hoy durante el Debate sobre el Estado de la Región que ha comenzado a las 11.39 horas con su intervención, en la que ha comenzado recalcando que «es inevitable hablar de lo que somos, españoles, hijos de la Constitución española, todos los indicadores de progreso y bienestar en Castilla-La Mancha van notablemente mejor que cuando tomé la Presidencia hace dos años. Y voy a cumplir con la promesa dada a los ciudadanos de esta tierra».
Page pide que en vez de caramelos pongan orfidales a los diputados del PP
Y ha pegado su primer pullazo al anterior Gobierno de Cospedal, «tirar un edificio, además de doloroso, es sencillo. Por eso en Castilla-La Mancha vamos a necesitar ocho años para reconstruir todo lo que en la anterior legislatura se cargaron de una manera o de otra, a veces con obscenidad».
Porque, seguía, «hace unos años había crispación por todos los lados en esta tierra, cuando se anunciaba la presencia de alguien del Gobierno, no digamos ya si era Cospedal, había más blindados que estos días en las Ramblas».
Jusdto en ese momento y ante los comentarios del diputado del PP Lorenzo Robisco, el presidente de las Cortes, Jesús Fernández Vaquero, le ha pedido que se callara porque no estaba dispuesto a admitir interrupciones… A ello se ha sumado Page, diciendo que en vez de poner caramelos en los escaños de la bancada «popular», que pusieran orfidales, «para que estén tranquilos».
Ha vuelto a reiterar que su actitud será leal con las instituciones del Estado en el asunto catalán, «también con el Gobierno de España, hasta el punto de callarme las cosas que no comparto, de ser prudente con las cosas que yo haría de otra manera sin explicar ni reprobar antes de tiempo. La situación es tan importante y de emergencia que nos obliga a ser muy prudentes».
Pero, ha recordado, «tenemos la misma legitimación que el Parlamento de Cataluña. Porque el despropósito ha llegado donde ha llegado y nos dará muchos quebraderos de cabeza las próximas semanas. Muchos exigirán al Gobierno de España mano dura y la historia va a juzgar a muchas autoridades en este país, incluso a Rajoy, porque hay que tener mucha mano izquierda aunque sea de derechas».