Según publica EFE, casi un centenar de militantes socialistas han firmado un escrito solicitando la celebración de un congreso extraordinario en el partido sin esperar al calendario previsto, que no contempla los congresos provinciales en el PSOE hasta la primavera de 2012. La división de los socialistas de esta provincia, donde Barreda perdió las elecciones, es especialmente grave llegando a duros desaires personales entre los principales rostros del partido, con escenas de hasta negarse el saludo.
Un total de 93 militantes del PSOE de Guadalajara han firmado un escrito en el que piden la convocatoria de un Congreso Provincial Extraordinario con el objetivo de que se renueve el órgano de dirección del partido, cuya secretaría general está en manos de María Antonia Pérez-León.
En escrito facilitado a Efe, este grupo de militantes pide que en el congreso se analicen, debatan y exijan las responsabilidades políticas de los máximos dirigentes de la formación tras la debacle del 20N, así como la creación de una comisión que «gestione, desde la imparcialidad, independencia, neutralidad y transparencia el proceso congresual en el que está inmerso el partido».
Por su parte, fuentes del PSOE han confirmado a Efe que el documento se ha presentado en el partido conforme a los estatutos y se trata de una petición formal para la puesta en marcha de un congreso extraordinario.
Por ello, este asunto será una de los que se tratarán mañana en la ejecutiva provincial, que ya estaba prevista con anterioridad, pero que ahora deberá dirimir la decisión pertinente sobre la convocatoria o no del Comité.
En cualquier caso, desde el PSOE han aclarado que la dimisión de Pérez-León debería ser tratada en un comité provincial y que la simple convocatoria del mismo no significaría este supuesto.
DUROS ENFRENTAMIENTOS PERSONALES
Lo de Guadalajara es un clamor en el PSOE. La mayoría de los secretarios provinciales culpan a Pérez-León de la derrota autonómica y de haber sido incapaz de contener la pérdida ingente de votos que, pese a la ley electoral vigente, permitió la primera victoria del PP en Castilla-La Mancha.
Era un clamor antes de las elecciones que la situación del partido en esa provincia y la dirección política de María Antonia Pérez-León no estaban a la altura. Ni ella, ni sus jefes políticos, el expresidente y secretario general regional del PSOE, José María Barreda; y el secretario de Organización, José Manuel Caballero, supieron verlas venir y mucho menos impedirlo.
La candidata en la capital, Magdalena Valerio, se quedó a 30 puntos de Antonio Román el 22 de mayo. La falta de asunción de responsabilidades y las listas de las generales, en las que se han vuelto a colocar a quienes se considera culpables del hundimiento del partido en la provincia, han precipitado que la división salte a la esfera pública mucho antes del próximo congreso.
Era de esperar en una organización en la que los principales protagonistas de la agenda han llegado a un grado de enfrentamiento tal que algunos testigos han presenciado cómo se niegan el saludo, incluso en los actos públicos.