Con 14 años ya estaba trabajando en la empresa familiar y con 16 se responsabilizó del tema comercial. Se trata del empresario Félix Bellido, de Miguel Bellido S.A., quien explica a Encastillalamancha que su historia también ha quedado recogida en el libro “Grandes empresarios de Castilla-La Mancha”.
Su padre, Miguel Bellido se dedicaba a la fabricación de cinturones en su propia casa donde tenía el taller. Con el tiempo, crecieron como empresa en Manzanares (Ciudad Real). Era principios de los años 60 del siglo XX. Hoy, sigue adelante, con dos marcas: Miguel Bellido y Olimpo; con 150 trabajadores y exportando a 30 países. ¿Existe una fórmula mágica?
¿Cómo consigue una empresa mantenerse viva tantos años?
No existen fórmulas mágicas en la gestión de una empresa. Hay unos valores que son inalterables en el tiempo. La capacidad de sacrificio, la decisión de asumir riesgos, la constancia, la seriedad, la solvencia, el rigor en el trabajo. Estos son los valores fundamentales que permiten avanzar a una empresa. Por lo tanto, esa es una de las bases de los valores de Miguel Bellido S.A. que vienen desde luego impresos en la cultura de la empresa desde tiempos del fundador.
¿Desde su nacimiento como empresa hasta ahora habrán vivido muchas crisis no solamente la actual?
Sin duda. Empecé prácticamente con mi padre, desde los 14 años, desde los 16 responsabilizado del tema comercial, y desde luego hemos atravesado crisis como la del 79, el plan de estabilización… Como esta crisis, que yo no la considero una crisis, sino una gran depresión, no la había conocido nunca.
¿Qué medios tiene una empresa para superarlas?
En primer lugar, yo entiendo que, y también está en los valores de la empresa, es la solvencia. En crisis anteriores, como en toda crisis, se trata de vigilar muy bien sus costos y afrontarlas con los recursos propios que tiene la empresa. En cualquier época de crisis, además de que los ingresos se reducen porque hay menos ventas, también el sistema financiero se resiente algo, me estoy refiriendo al crédito a la pequeña y la mediana empresa.
¿Cómo las han afrontado en Miguel Bellido?
Reduciendo gastos, siendo muy austeros en los gastos, y echando mano de la hucha en el sentido de funcionar con nuestros propios recursos. Nosotros, que hemos tenido que enfrentarnos a muchas crisis, estamos también en ésta con mayor ahínco, reduciendo gastos y también procurando por todos los medios financiarnos con nuestros propios recursos.
¿En esta reducción de gastos han tenido que tocar a la plantilla?
Uno de los principales activos de Miguel Bellido S. A. es su personal, los trabajadores. Por lo tanto, es en lo que más cuidadosos somos a la hora de tener que reducir costos o gastos. De tal forma que prácticamente el único ajuste que se ha hecho de plantilla ha sido los pocos contratos que había a tiempo limitado, porque el 99 por 100, yo diría que el 100 por 100 de la plantilla de Miguel Bellido, es en estos momentos de contrato indefinido, personal fijo y además esta plantilla no se ha tocado a pesar de los años de crisis que llevamos hasta este momento.
Las empresas están haciendo los deberes ante la crisis, ¿alguna petición para las Administraciones?
Lo que nosotros exigimos a las Administraciones es que creen un escenario adecuado para que puedan generar riqueza. Ahí es donde nosotros sí tenemos que pedir a las Administraciones, que urgentemente hagan que el crédito fluya a las pequeñas y medianas empresas y también a los particulares, porque hay gente que necesita comprarse un coche y no se lo puede comprar teniendo una nómina adecuada porque no se lo financian. Por lo tanto, se vienen abajo las ventas de coches. Eso sí se lo pedimos y se lo exigimos a las Administraciones, que propicien el crédito. En segundo lugar, que también las Administraciones, de acuerdo con las organizaciones empresariales y sindicales, propicien un mercado, si vale la expresión, de trabajo adecuado a las necesidades de los sectores concretos.
Y, ¿en exportación?
También, indudablemente, porque ocurre en todos los países, las exportaciones son un ingreso neto a nuestro Producto Interior Bruto, a la economía del país, porque las empresas que exportan traemos recursos del exterior a nuestro país. También exigimos ahí a la Administración que se implique en apoyar, porque los costos para exportar son muy altos y todavía el «made in Spain» no tiene las fortalezas que tienen otros países. No estamos pidiendo que nos den dinero. Nosotros lo que exigimos, no pedimos, que el escenario para que las empresas medianas y pequeñas, también las grandes, pero yo hablo en nombre de las pequeñas y medianas, sea el adecuado para su desarrollo y para la creación de riqueza y, consecuentemente, de creación de puestos de trabajo.
Al nacer Miguel Bellido, ¿recibieron muchos apoyos?
Pues no. En primer lugar porque no está en el espíritu ni en la aventura de nuestra empresa el desarrollar nuestro proyecto con recursos de la Administración.
En aquellos años no era fácil montar una empresa, en estos tampoco, ¿qué le diría a los que están pensado en hacerlo?
En los años 65, 68, 70… las empresas que surgían en España estábamos en una economía de subsistencia. Estas empresas eran hombres y mujeres con iniciativa, con ganas de prosperar, de salir adelante y de mejorar sus condiciones de vida. Se lanzaban a la plaza a poner en marcha una idea o un proyecto. Y, de ahí, el esfuerzo de esta generación, con una enorme capacidad de trabajo y de asunción de riesgo dentro de una economía de subsistencia, prácticamente es donde empiezan a surgir empresas como Miguel Bellido.
Sin apoyo de las Administraciones…
Con muy poco apoyo de las Administraciones. Todo lo contrario, era realmente una heroicidad, porque nuestras fronteras estaban muy cerradas, no podíamos importar los empresarios los productos del exterior para poder competir en las mismas condiciones que otros países como Italia, Francia o Alemania donde ya estaban en la Unión Europea y que podían mover sus mercancías libremente por toda la Unión, mientras que nosotros no teníamos posibilidad de importar productos, porque había cupos, había aranceles… Esto hacía, y otras muchas cuestiones, muy difícil que las empresas pudiéramos salir adelante. Diría que no es que hubiera apoyo, sino que teníamos palos en las ruedas.
¿La exportación es el remedio de todos nuestros males?
Si hay empresas líderes tiene inmediatamente un reflejo en la economía y también de ello se benefician las pequeñas empresas. Estamos en una economía global. Claro que hay muchas empresas que ni están preparadas ni tiene necesidad de exportar, pero si grandes empresas exportan lógicamente crean riqueza que repercuten también en el comercio y en la pequeña y mediana empresas.
Están en 30 países, ¿qué porcentaje de producción se envía al mercado exterior?
Exportamos aproximadamente entre el 25 y el 30 por 100. El resto aquí en España, donde trabajamos con grandes firmas, tiendas multimarca y con nuestras marcas.
¿Cuál ha sido la mejor decisión que ha tomado?
Ja, ja, ja… Es que no sé si he tomado alguna buena decisión. Creo que en Miguel Bellido hace aproximadamente 12 años decidimos renovar nuestras instalaciones, adecuarlas a lo que eran nuestros proyectos. Somos una empresa que vendemos valor añadido, que creemos que la imagen es fundamental y que la reputación es muy importante. Creo que una de las decisiones estratégicas que tomamos fue la de actualizar nuestras instalaciones para tener las mejores condiciones de trabajo.
¿Se arrepiente de algo?
No. Yo diría que a pesar del esfuerzo, el sacrificio y todas las cuestiones que acarrea el estar implicado en un proyecto de empresa, creo que todo lo que hay que hacer en la vida hay que hacerlo motivado, hacerlo con gusto y no tengo de que arrepentirme. Si volviera otra vez al punto de partida volvería a ser empresario.
¿Cuántas horas dedica a la empresa?
10, 12 horas… No se acaba nunca, es decir, si estás en el gimnasio, estás trabajando. Si estás de vacaciones no dejas de estar pensando en la empresa. Digamos que un empresario tiene que estar 24 horas, no quiero decir que seamos héroes, pero hay que estar dispuestos a trabajar.
¿Qué consejo le daría a los jóvenes emprendedores?
En primer lugar, tienen que estar muy dispuesto a trabajar mucho, a sacrificarse mucho y a arriesgar mucho. Si alguien que quiere ser empresario piensa que cuando ponga en marcha el proyecto a los cuatro días tiene que tener un cochazo y una casa y… pues es mejor que no inicie el proyecto, porque aunque le saldría bien en el corto plazo, le saldría mal en el largo. Quiero decir con esto que es una cuestión de vocación.