El novillero Mario Alcalde paseó la única oreja del festejo celebrado hoy en Albacete, en el que el deslucido juego de los novillos de «Los Chospes» condicionó el pobre contenido artístico de la función.
FICHA TÉCNICA
Novillos de «Los Chospes», bien presentados, nobles pero flojos y desrazados, que en general ofrecieron muy poco juego.
Mario Alcalde: estocada tendida y trasera (oreja tras aviso); y media (ovación).
Sergio Felipe: estocada atravesada y descabello (vuelta tras aviso); y estocada delantera (ovación).
Sebastián Ritter: estocada caída y descabello (silencio); y dos pinchazos y estocada (silencio).
En cuadrillas, Javier Perea saludó en el segundo y Antonio Layú en el quinto, y en ambos compartió aplausos «el tercero» Alberto Molina.
La plaza tuvo media entrada en tarde soleada y calurosa.
UN DESASTRE DE GANADO
Lo único reseñable de la novillada desastrosa de «Los Chospes» corrió a cargo de Mario Alcalde en su primera labor frente a un animal soso y blando a partes iguales en el que el joven espada consiguió momentos entonados en el toreo al natural.
El cuarto fue muy deslucido, y aquí Alcalde no pasó de los detalles a pesar de la voluntad que puso.
Sergio Felipe sorteó dos novillos en el límite de las fuerzas y muy agarrados al piso con los que estuvo tesonero pero sin poder resolver nada del otro mundo.
Y algo parecido le ocurrió al colombiano Sebastián Ritter, que se enfrentó a dos utreros remisos y muy parados con los que se pegó un arrimón en una porfía que no fue a ninguna parte.